El recuerdo de una Jornada Inolvidable

Sale el equipo en Junin con Horacio Maghalaes a la cabeza

El 7 de Diciembre, como todos los años es una de las fechas marcadas en la mitología Celeste. 37 años atrás, todos aquellos que fuimos testigos, la jornada comenzó muy temprano, y terminó varias horas después de ya comenzado el Domingo 8.

La gente de Temperley se trasladó de dos formas a Junín. En vehículos y el grueso de la gente en un tren especial fletado desde la Estación de Temperley, hasta Junín.

Quienes fuimos en auto, por la vieja ruta 7, angosta, sin banquinas, anticipábamos que iba a ser una jornada gloriosa. Como nunca la Ruta 7 era una caravana de autos, micros, camionetas embanderadas de Celeste. Aquellos que fueron en tren, recuerdan mil anécdotas y el recuerdo que dejaron en cada lugar, pintando todo de celeste, incluyendo algunos animales domésticos...

Mediodía caluroso, la gente de Junín alentando y apoyando nuestro triunfo. Algunas camisetas y banderas albirojas, comienzan a entremezclarse, pero no hubo mayores incidentes. Entramos a la cancha y calor por partida doble, la temperatura, al rayo del sol era insoportable, solo algunos privilegiados, en la parte superior tenían algo de sombra, el resto nos apiñabamos al rayo del sol. Pero también mucho calor en la gente, que alentó, casi sin parar dos horas antes que comenzara el partido.

Saltaron a la cancha Nestor Hernandorena, Horacio Agostinelli, Carlos Panizo, Ricardo Salvador y Ruben Di Bastiano, Juan Carlos Veiga, Horacio Magalhaes (el capitán quien anoche estaba cenando con la familia en el Restaurant del Club), y Mariano Biondi; Juan Domingo Fierro, Pedro Patti y el Negro Horacio Corbalan.

El primer tiempo fue tenso, con dominio alternado, la tranquilidad de saber que, con el empate se lograba el campeonato se hizo añicos con el gol del Tatengue.

El entretiempo la gente siguió alentando, pero era inevitable que algunos fantasmas se cruzaran en las opiniones de algunos hinchas que, ya venían de varias desilusiones en la última década. Sin embargo, apenas comenzado el segundo tiempo, Ruben Di Bastiano, con un fuerte tiro libre, empató el partido. Locura indescriptible en la tribuna, gritos, avalancha y abrazos con quien estuviera al lado. El partido se hizo de ida y vuelta, y en una contra penal para el Celeste. Era el campeonato y la tranquilidad hasta el final del partido.. pero el Negro Corbalan, le entró mal y la sacó muy arriba del travesaño... a seguir sufriendo.

Unión no fue a buscar a lo loco el partido pues, el empate, y las noticias que llegaban de la otra cancha, le aseguraban una segunda oportunidad de ascenso (de hecho, Unión terminó ascendiendo) y el Celeste lastimaba mucho en las contras. El final fue una mezcla de emociones, muchos hinchas treparon al alambre y lograron entrar al campo de juego, casi todos gritaban, algunos veteranos sentados lloraban de emoción.

Era nada menos que el primer ascenso de la historia en el profesionalismo a Primera División

El regreso por la ruta 7 fue una fiesta. El regreso fue largo pues la entrada en Capital fue complicada, pero pese al cansancio, fuimos todos para la sede. Mucha gente ya se encontraba alli esperando. Los del tren tuvieron un regreso mas complicado, tarde en la noche, nos avisaron que el tren estaba cerca y muchos desde la sede nos fuimos a la estación. Ver la entrada de ese tren todo embanderado de Celeste, con decenas de hinchas trepados en la máquina, saludando con la sirena, fue una de las emociones mas fuertes que me ha tocado vivir como hincha de Temperley.

De la estación ya todos juntos regresamos todos a la sede cantando a esperar a los jugadores. Casi de madrugada llegaron. Se armó un sistema de audio precario y desde el balcón del primer piso de la sede uno a uno saludaron, también saludó Roberto Iturrieta, el recordado DT de este equipo. Tampoco podemos olvidar a Jorge Ginarte, quien fue el técnico que armó el plantel pero por desavenencias con los dirigentes, abandonó el equipo a mitad de campeonato.

Una semana después en cancha de Temperley continuaron los festejos, se organizó un partido amistoso frente a uno de los mejores equipos de Primera de esa época, Huracán. Fue triunfo del Celeste 2 a 1 en un Beranger repleto. Apenas un mes y medio después ese equipo, con algunas incorporaciones, y con muy pocos entrenamientos, debió debutar en Primera División.. Esa es otra historia, que alguna vez recordaremos.