domingo, 17 de abril de 2011

Se cosecha lo que se siembra

¿Alguien podía imaginarse que un gobierno pensado para conducir a la Institución durante cuatro años iba a dar una sensación tan fuerte de proyecto agotado y sin salida, apenas cumplidos diez meses de mandato?

Debo decir que yo sí. Imaginaba que podía llegar a suceder algo parecido si las cosas no daban un vuelco afortunado desde lo deportivo.  Tengo la conciencia tranquila pues, esto mismo se lo dije a mucha gente el año pasado antes de las elecciones, incluso a dirigentes de la, entonces, Lista Agrupación Celeste, a los cuales les sugerí bajar el tono para bien del Club. Desde mi punto de vista estaban cometiendo un error histórico y monumental al centrar su campaña en el odio, y en la división del club.

No hay dudas que, las conducciones de Temperley post levantamiento de la quiebra debieron enfrentar temas muy complicados, pero también cometieron errores y carecieron de un plan a largo plazo. Esto produjo que cada vez que cambiaba la conducción del club o futbolística, se hiciera borrón y cuenta nueva, sin fijarse en los errores del pasado, ni capitalizar los mismos para evitarlos a futuro. Asimismo todas estas conducciones, fallaron a la hora de comunicar al socio con toda claridad, la real situación institucional, los planes de gobierno y las decisiones económicas financieras en un modo orgánico y claro. Incluso en contextos donde la oposición era inexistente desde lo político, por ende sin presiones ni exigencias.

Oportunidades para cambiar esto, no les faltaron, en 1999, en 2001 y en 2006 se hicieron grupos de trabajo, los cuales integré que redactaron distintos proyectos de reforma Estatutaria. Los textos eran muy similares al finalmente aprobado en 2009, incorporaban el Presupuesto, como herramienta principal de gestión, el Bono Patrimonial, la Asamblea de Representantes, y la responsabilidad patrimonial de los dirigentes por las decisiones que perjudiquen al club, a espaldas de los socios.

En todos los casos, los proyectos fueron cajoneados por decisión mayoritaria de las Comisiones Directivas. Por diversas coyunturas, se dejaba el tema para “más adelante”. Lo urgente priorizaba lo importante, y así, de este modo, sin informar adecuadamente al socio, se fue generando un desgaste creciente que perjudicó, por encima de todas las cosas, al propio grupo que conducía al club. Con el correr de los años fueron ganando descrédito y desgaste. Muchos se fueron antes, y los pocos que quedaron, fueron repudiados en las elecciones de 2010 por el 75% de los votantes.

El empujón final se los pegó la gente que conduce hoy el club con sus ataques y dialéctica, pero a la cornisa fueron caminando solos..

En 2010, esta situación propiciaba que cualquiera que presentara una alternativa, con o sin antecedentes, ganaba las elecciones. Era la oportunidad perfecta, se acababa, finalmente, de aprobar un nuevo Estatuto, que daba el marco legal adecuado para comenzar una nueva etapa en Temperley, con proyectos a largo plazo, consensuados y comunicados a los socios en forma orgánica. Proyectos que incluso quienes estuvieron dentro del 25% de votantes de la CD anterior, hubieran aprobado.

Sin embargo la Lista Agrupación Celeste, optó por otra cosa. Fogoneados por algún trasnochado que siempre utilizó para provecho propio la división de la gente de Temperley, en lugar de capitalizar el consenso para proponer algo serio, y en positivo, decidieron el camino de la agresión, de la descalificación soberbia  y del ataque histérico hacia todos aquellos que condujeron el club en los últimos diez años. Se apuntó al enfrentamiento dialéctico sin propuesta, a mantener a la gente de club enfrentada y dividida. Se sembró el odio y la agresión. 

Vuelvo al párrafo inicial, ¿Por qué este proyecto con solo diez meses, parece agotado?, ¿Por qué una parte importante de integrantes del grupo de trabajo inicial de Lista Celeste se han ido  de mala manera? ¿Por qué quienes no están de acuerdo expresan en forma tan extrema sus desacuerdos con la actual Comisión?

¿Por qué en tiempos en los cuales la Comisión, necesitaría como el agua, el apoyo de muchos socios con más experiencia conductiva para poder salir adelante en los numerosos problemas que enfrenta y que, evidentemente, no tiene ni los medios ni la capacidad para resolver, nadie lo hace?

La respuesta es muy simple, porque se cosecha lo que se siembra. Si sembramos odio y división, cosechamos en consecuencia. Nadie puede confiar en gente que, hasta hace muy poco tiempo, gritaba en donde tuviera un espacio que todos los que no opinaban como ellos eran delincuentes, inútiles o cómplices.  
 Nadie puede confiar en gente, que cuando meses atrás con el tema Finky solicitó el apoyo de muchos socios, le fue dado, y luego frente a un simple pedido de información, ni se molestó en dar, a esa misma gente que había colaborado, así mas no sea por buena educación, una respuesta, nadie puede confiar en gente que por soberbia, resentimiento o ceguera, intentó desarmar un grupo de trabajo que sin aspiraciones de ningún tipo, colabora desinteresadamente en hacer obras por el club.

 Opino que este proyecto que hoy nos conduce se encuentra agotado, y sin posibilidades concretas de sacar el club adelante, pues nadie, por mas iluminado que fuera, ni en 1999, ni en 2001, ni en 2006, ni en 2011 puede conducir el club a buen puerto, a espaldas de los socios.

Por tal motivo, debemos aprender de nuestros errores, y este mensaje es, especialmente, para aquellos que, afortunadamente, ya están trabajando en una alternativa a la desastrosa situación deportiva e institucional en la cual nos encontramos.

Si vamos a estar “unidos” por algo, no tiene que ser por oponerse a nada, ni por odio a nadie. Una Alianza de oposición que solo se ocupe de describir todos los errores que actualmente se están cometiendo, no sirve para nada y si alguna vez llega a conducir el club, solo con esa propuesta, va a fracasar del mismo modo que la gente que hoy conduce el club, lamentablemente está fracasando.

La unidad debe estar apuntada, primero a diseñar y consensuar un Proyecto de Club amplio y ambicioso, del cual todos los socios de Temperley nos consideremos incluidos, informados y podamos ser partícipes del mismo. Todo dentro del marco de un Estatuto que obligue a las comisiones a presupuestar, informar cumplimientos e inconvenientes, y tomar responsabilidad por las propias decisiones.

Si sembramos unidad, proyecto, inclusión de todos aquellos que piensan distinto, seriedad, responsabilidad, compromiso y rendición de cuentas, vamos a cosechar un club cada día más grande. Si sembramos odio y división, cosecharemos en consecuencia.  No volvamos a perder otra oportunidad.

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