Por un nuevo capitulo del torneo de primera división B, Temperley empató sin goles con Deportivo Armenio y volvió a mostrar las mismas virtudes y falencias a las que ya nos tiene acostumbrado durante este campeonato.
El equipo que dirige José Barrella jugó un partido correcto en defensa, con la aceptable labor de Diego Rodríguez, Héctor Virardi -terminó con el tabique nasal roto- y Ruben Ratto, y con la, siempre valiosa, colaboración del incanzable Emiliano Giannunzio en el centro del campo, anulando las intenciones ofensivas del equipo visitante.
Sin embargo, así como se repitió el buen trabajo defensivo, el circuito de juego sigue siendo una materia pendiente, ya que la conexión de los volantes con los delanteros rara vez se produce de manera clara y la mayoría de las veces es a través de centros forzados. El equipo es eficiente en defensa e inofensivo en ataque, por lo que los partidos del celeste terminan siendo un espectáculo pobre y con pocas emociones.
La sensación en el vestuario local era de preocupación y bronca, así lo definió Giannunzion: "Otra vez tenemos que repetir el discurso del partido pasado, otra vez intentamos, buscamos y tuvimos algunas situaciones de gol, aunque no muy claras, y no las pudimos aprovechar, igual que el partido pasado".
Las chances que generó el celeste, esta tarde, lejos estuvieron de ser claras. La mayoría fueron a través de pelotas paradas en busca de alguna cabeza salvadora y de remates desde afuera que casi nunca levaron peligro al arco de Armenio.
Poco para destacar quedó en el primer tiempo de hoy en el Beranger, solo la solidez defensiva y el desgaste de Impallari yendo hacia los costados para mostrarse siempre e intentar asociarse aunque con suerte dispar.
En la segunda etapa, ya con Armenio más que feliz con el empate, Tempeley solo produjo algunos encuentros entre los ingresados Quevedo y Maldonado, que no llegaron a ser más que buenas intensiones, y la voluntad y el amor propio de Giannunzio.
Por el apático empate, ya se comenzaron a escucharon las primeras voces de reprobación para el equipo, Giannunzio lo entendió, "es normal que se exijan resultados, pero hay que tener paciencia", y destacó que es importante encontrar la senda del triunfo para que no se escapen los de arriba, "sabemos que tenemos que ganar, no podemos detenernos en empates y derrotas, pero hay que ser más pacientes que el triunfo va a llegar".
Por último, el volante central de Temperley, dijo que de cara al partido que viene solo "hay que aprovechar las chances que tengamos y hacer los goles".
El equipo que dirige José Barrella jugó un partido correcto en defensa, con la aceptable labor de Diego Rodríguez, Héctor Virardi -terminó con el tabique nasal roto- y Ruben Ratto, y con la, siempre valiosa, colaboración del incanzable Emiliano Giannunzio en el centro del campo, anulando las intenciones ofensivas del equipo visitante.
Sin embargo, así como se repitió el buen trabajo defensivo, el circuito de juego sigue siendo una materia pendiente, ya que la conexión de los volantes con los delanteros rara vez se produce de manera clara y la mayoría de las veces es a través de centros forzados. El equipo es eficiente en defensa e inofensivo en ataque, por lo que los partidos del celeste terminan siendo un espectáculo pobre y con pocas emociones.
La sensación en el vestuario local era de preocupación y bronca, así lo definió Giannunzion: "Otra vez tenemos que repetir el discurso del partido pasado, otra vez intentamos, buscamos y tuvimos algunas situaciones de gol, aunque no muy claras, y no las pudimos aprovechar, igual que el partido pasado".
Las chances que generó el celeste, esta tarde, lejos estuvieron de ser claras. La mayoría fueron a través de pelotas paradas en busca de alguna cabeza salvadora y de remates desde afuera que casi nunca levaron peligro al arco de Armenio.
Poco para destacar quedó en el primer tiempo de hoy en el Beranger, solo la solidez defensiva y el desgaste de Impallari yendo hacia los costados para mostrarse siempre e intentar asociarse aunque con suerte dispar.
En la segunda etapa, ya con Armenio más que feliz con el empate, Tempeley solo produjo algunos encuentros entre los ingresados Quevedo y Maldonado, que no llegaron a ser más que buenas intensiones, y la voluntad y el amor propio de Giannunzio.
Por el apático empate, ya se comenzaron a escucharon las primeras voces de reprobación para el equipo, Giannunzio lo entendió, "es normal que se exijan resultados, pero hay que tener paciencia", y destacó que es importante encontrar la senda del triunfo para que no se escapen los de arriba, "sabemos que tenemos que ganar, no podemos detenernos en empates y derrotas, pero hay que ser más pacientes que el triunfo va a llegar".
Por último, el volante central de Temperley, dijo que de cara al partido que viene solo "hay que aprovechar las chances que tengamos y hacer los goles".
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