Dado qua ayer, salvo por la presencia de periodistas, jugadores, dirigentes y allegados, no hubo gente del Celeste que pudiera ver el partido, en frío y habiendo bajado un par de cambios, es bueno desmenuzar un poco mas el partido de ayer y si se quiere, en sentido amplio lo que opinamos sobre la marcha del equipo en lo que va del torneo.
Quien no vio el partido de ayer, con el resultado puesto, puede suponer que fue un baile en el cual el local apabulló al Celeste. Nada más lejano a la realidad. El partido fue decididamente malo, con muy pocas llegadas de gol y ambos equipos jugaron, durante gran parte del encuentro a pegarle, con pelota parada y en movimiento el pelotazo para arriba a que caiga en el área rival buscando la equivocación. Esto hacía que por momentos pareciera un partido de Rugby y por momentos uno de tenis. De fútbol poco y nada.
Fue en uno de esos pelotazos bombeados donde se sabía que el primero que se equivocara perdía, se equivocó Temperley y uno a cero. En el segundo tiempo, en un error de la defensa de San Telmo, Temperley lo pudo empatar (era en ese momento el resultado que mejor le iba al partido), y lo erró Nieto, trascartón se equivocaron Luis Rodríguez y Crivelli, el local no erró y dos a cero.
Grone inventó un penal que, si no lo cobraba, nadie lo hubiera protestado, Quevedo tuvo el dos a uno y no le pegó mal pero por centímetros falló. Centro desde la derecha, error conjunto de la defensa y el arquero Celeste, mérito del nueve de ellos que anticipa, tres a cero y asunto liquidado.
Créanme que casi no hubo mas situaciones de riesgo salvo por un cabezazo de Diego Rodríguez en el primer tiempo y un tiro en el travesaño de Aranda cuando el partido ya estaba 3 a 0, el resto fue chato y mal jugado por las dos partes.
Respecto a los jugadores, vamos por partes.
El arquero. Tuvo responsabilidad compartida en dos de los tres goles de San Telmo, decimos compartida pues no fueron solo errores propios sino que defensores Celestes tuvieron también en los goles, su parte de culpa. Es evidente que Crivelli no está pasando por su mejor momento y de algún modo esto afecta a los compañeros. Ayer en una jugada sobre el final de la etapa inicial, Diego Rodríguez casi convierte un gol en contra en una falta de coordinación con el arquero.
La defensa. A esta altura, y con dos partidos jugados con este sistema se puede afirmar que ni Virardi ni Luís Rodríguez se sienten cómodos en una línea de tres. Frente a Brown, la gran actuación de Diego Rodríguez, de algún modo tapó las falencias de funcionamiento. Ayer, esto se notó mas, en especial en el complemento. Virardi sufre menos que el ex Arsenal pues por su sector tanto Molina como Pajón tienen mas actitud defensiva que Nieto por izquierda. Por ello, ayer en la jugada del segundo gol, con Nieto decididamente volcado al ataque, le ganaron muy fácil la espalda a Luís Rodríguez. Pensamos que Temperley en especial de visitante, debiera afirmarse en una defensa mejor parada, con línea de cuatro y, quizás arriesgar con un planteo táctico un poco más ambicioso en el Beranger.
En la mitad de la cancha, Giannunzio se parece mas al jugador de las primeras fechas del año pasado que el de las últimas. El rubio ex Lanús no logra cobrar importancia en la recuperación del balón y con un esquema de doble cinco donde el debe asumir todo el protagonismo, como ayer, se pierde en la intrascendencia. Si bien como decíamos antes ayer la pelota viajaba mas por arriba, que por abajo, casi ni se sintió la presencia del volante central Celeste. Nos pareció un buen intento el de juntarlo con Hure, y cuando se recupere Lucas, el técnico debiera volver a intentar jugar como contra Brown, sin Hure, nuestra opinión es que Giannunzio debe ser el único volante central, posición en la que siente mejor y rinde mas. Molina que ayer alternó posiciones, pensamos que en esta “ensalada” táctica se pierde mucho y se desordena. Es evidente que se siente mas cómodo como volante derecho natural, pero en esta posición medio intermedia, pese a la gran voluntad que pone, no rinde en absoluto.
Si tenemos que dar una característica común de Nieto y Pajón es que ambos muestran destellos de cosas interesantes, pero ambos están siendo demasiado intermitentes. El ex Español mostró en los partidos con All Boys y Brown que tiene la fuerza y la habilidad como para progresar y producir cosas importantes para el equipo, pero en todos los partidos, su rendimiento cae mucho en los complementos. ¿Será una cuestión física?. No lo sabemos. Nieto ayer tuvo largos pasajes en los que directamente no intervino y tuvo tres o cuatro apariciones en las que empezó bien las jugadas, y las terminó mal. Sin Hure detrás suyo cubriendo su espalda, es evidente que le cuesta mucho hacer pie. Cuando debe desdoblarse en funciones ofensivas y defensivas, pierde y no pesa.
La gran desilusión de ayer fue Maxi Núñez. El ratito que había jugado con Brown daba para pensar que iba a insertarse en el equipo con mayor facilidad. Ayer vimos que, si bien tiene condiciones y velocidad, “distintas” para la categoría, le va a llevar un tiempo adaptarse a la misma. Como enganche y responsable de armar fútbol, ayer en una cancha con un piso imposible, con la pelota viajando todo el tiempo por el aire, no pudo pesar en todo el partido. De los otros jugadores que vimos en esta posición, salvo por el ratito de Maldonado en Floresta, sigue siendo la apuesta más interesante. Habrá que esperarlo.
La delantera de Temperley no tiene peso propio, ni mucho menos jugadores desnivelantes. Al menos, en lo que hemos visto hasta ahora, Caballero, como es sabido, es un buen definidor, pero no genera por si mismo jugadas de riesgo ni tiene peso físico como para aguantar pelotazos en partidos como el de ayer, en el cual la pelota llega de aire y a dividir. Ganó un par de arriba, y poco mas. Impallari es un aceptable “partenaire”. Es decir, es un buen jugador para abrir brechas, generar espacios para otros, buscar el claro para devolver de primera, aguantar la pelota de espaldas al arco etc. pero no es un jugador cuya presencia por si mismo genere peligro. No es de esos delanteros que reciben la pelota y uno siente que sube la adrenalina pues se viene una jugada de riesgo o, al menos, una infracción cerca del área. En el mejor de los casos viene un pasecito al costado, una carrera de veinte metros para luego dar un pase de diez para atrás o un remate y/o cabezazo mordido y leve. Vimos poco a Gozzarelli y mucho menos a Lutzky como para dar una opinión concluyente. ¿Salomone?, un caso extraño lo trajeron como incorporación y no va ni al banco.
En síntesis, no tiene saldo positivo el balance de los primeros cuatro partidos del Celeste. El equipo en lo táctico tiene muchos desajustes, y las actuaciones individuales son desparejas. Dado que hay muchos jugadores nuevos o del club pero con pocos partidos en primera, no podemos establecer si se está cerca o lejos del techo posible, habrá que esperar algunos partidos para opinar sobre esto.
Siempre decimos al inicio de los torneos que para emitir opiniones definitivas sobre rendimientos, técnicos y planteles, nos gusta esperar que hayan transcurrido, al menos, diez fechas, por eso estas opiniones tienen la salvedad del poco tiempo transcurrido, sin embargo, es bueno hacerlas pues todavía se está a tiempo para corregir
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