Hemos visto en la página oficial del club el detalle de obras realizado en el último año y, de alguna manera, el mismo nos ha disparado continuar con la serie de notas sobre los aspectos más importantes en lo institucional, desde nuestro punto de vista.
En notas anteriores sobre este mismo tema opinábamos sobre la necesidad de contar con un Presupuesto como herramienta básica de gestión del Club (Presupuesto Ya del 17 de Mayo de 2008) y dábamos en una nota anterior una alternativa sobre como se podía llegar a financiar legalmente y sin cuestionamientos de ninguna índole algunos rubros de egresos de dicho presupuesto, en particular las obras ( El Bono Patrimonial del 30 de Abril de 2008)
Contando con un marco legal base y una planificación integral (El Presupuesto) así como una herramienta financiera para llevarlo a cabo (El Bono Patrimonial) la tercera pata de esta mesa es decidir que obras se hacen, y de que modo. Parece un tema menor o de Perogrullo, pero grandes errores se han cometido en Temperley en esta materia en los últimos tiempos.
Desde esta página siempre apoyamos y colaboramos en la difusión del Proyecto Centenario, quizás el único intento serio de hacer en el Club Temperley algo ordenado en materia de obras. Sin embargo, esta iniciativa, la cual fue cuestionada y en algunos casos ignorada por importantes medios partidarios, carecía por ende de algo básico para completarse con todo éxito: consenso.
El Proyecto Centenario, debió haber sido sometido a una Asamblea Extraordinaria y votado por los socios. El producido de la misma (con las modificaciones que se hubieran propuesto) hubiera pasado a ser el Proyecto del Club, y no el de un grupo de gente. El voto positivo de una Asamblea hubiera obligado a esa Comisión y a todas las sucesivas a encuadrarse dentro del Proyecto Centenario o a lo sumo a desarrollar una alternativa tan integral como el mismo y volver a convocar a otra Asamblea para modificarlo.
Sin marco legal, y sin consenso, hoy de dicho proyecto solo quedan algunas obras parciales, y una maqueta. Se acertó en la idea, se equivocaron los medios.
Hoy las cosas no han cambiado.
Recordamos por la época del Proyecto Centenario, que un grupo de socios y dirigentes sostenían que detrás de la tribuna y delante del nuevo gimnasio debía llevarse a cabo un “Circuito Aeróbico”. Trasladando todo lo que fuera fútbol o canchas auxiliares a los futuros terrenos que se le ganara a Finky. Esta idea generaba aprobaciones y críticas por igual y la falta de consenso llevó a que nunca se pudiera concretar.
Hoy, y desde hace aproximadamente un año, en donde se iba a ubicar el Circuito Aeróbico se está construyendo una cancha auxiliar. La obra arrancó con mucho ímpetu pero a sus impulsores, un grupo de socios, les está costando mucho terminarla. Ni hablar de la concentración, iniciada tres años atrás en el marco del Proyecto Centenario y todavía hoy no finalizada. Tampoco queremos referirnos al desatino de la mal llamada “Tribuna Sur” y su desafortunado y personalista promotor.
¿Alguien se ha preguntado el motivo por el cual estas obras no se culminan?. Muy simple, para el 90% de la gente, esas son obras de UN GRUPO o de UNA PERSONA, no del Club Temperley, simpatizan con la misma, incluso pueden llegar a comprar un bono o una rifa, pero NO SE INVOLUCRAN. Conclusión: a los organizadores les cuesta terriblemente avanzar y se desinflan en el intento.
En Temperley puede haber hoy tres o cuatro grupos de socios simultáneamente (si no mas) encarando, pensando en obras o llevando a cabo iniciativas de este tipo con un gran amor por el club, pero con una metodología equivocada. No se juntan, dispersan esfuerzos y por ende, se debilitan.
Si esos tres o cuatro grupos (incluidos los dirigentes) se enfocaran en UNA OBRA, la plantearan como prioritaria y DEL CLUB, generaran todos juntos el dinero para culminarla y, sin buscar el monumento al “Yo lo hice” sino el TEMPERLEY Y SU GENTE LO HICIERON, hoy muchas de esas obras, concentración, circuito aeróbico, gimnasio del fondo, cancha auxiliar, Proyecto Centenario, Tribuna Sur etc. Estarían terminados o en un avance mucho mayor.
El Club Atlético Temperley DEBE tener su plan integral de obras. Llámenlo como quieran: Proyecto Centenario, Proyecto Juan Berrud, Proyecto Celeste, Proyecto NN, es lo de menos. Este Plan Integral de Obras DEBE ser aprobado por Asamblea y debe constar primero con un detalle minucioso de las obras a realizar y segundo su orden de prioridades, cual se hace primero, y cual después. A partir de dicha aprobación, TODOS nos encolumnaremos en ir llevándolo a cabo en el orden decidido. Serán las obras DE TEMPERLEY no de una Comisión Directiva, ni de un grupo de socios, ni mucho menos de una persona.
Hay que terminar con el “yo lo hice” o “nosotros lo hicimos”, porque buscando esto, así estamos. Todo es proyecto, todo a medio hacer, y todo cuesta el triple. Cambiemos para bien. Gracias.
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