martes, 6 de abril de 2010

"Si no hacía el gol estaríamos en un funeral"

Más allá del triunfo ante Armenio el zurdo Cristian Quiñónez sabe que "no hay que confiarse porque aún no se logró nada". "La victoria vale porque salimos de la malaria, pero le ganamos a un rival que venía mal y todavía estamos lejos del objetivo, que es la clasificación", se sinceró el ex hombre de Social Español.
En diálogo con Intercele el volante reconoció que hasta antes del minuto 37 -cuando llegó el desahogo con su conquista- "la cara de todos era de sufrimiento, si no hacía ese gol hoy estaríamos en un funeral". "Éramos concientes de lo que nos jugábamos, palpábamos el ambiente y éramos pocos experimentados en cancha; creo que por suerte supimos afrontar la responsabilidad con el Tati y los más grandes para no dejar sólos a los pibes", reflexionó.
Para Quiñónez, el triunfo "vale un montón porque salir de la mala es lo más difícil". "Estuve destrozado después del partido con Chicago, por suerte tuve muchos llamados de aliento, gente que me apoyó y ahora confío en que vamos a salir adelante", agregó.
Temperley (47) visitará el viernes desde las 15.30 a Flandria, en Jáuregui, con la responsabilidad de ganar para consolidar la recuperación y meterle presión a los rivales directos: Colegiales (49), Estudiantes (50) y Los Andes (51).
"Ya quedan sólo seis fechas para clasificar, tenemos que ganar el viernes y volver a hacerlo de local (ante Brown de Adrogué -que tiene 47-) si queremos llegar a las últimas semanas con las chances intactas", reconoció.
Además, remarcó que luego de la conquista ante los de la colectividad "ahora me van a dar más ganas de ir a cabecear". "La confianza es todo en el fútbol. Y espero que la tomen todos. Acá hay jugadores jóvenes con mucho talento que si no es este año, en los próximos le van a dar muchas satisfacciones a la gente de Temperley; pero ojalá que lleguen ahora para poder vivirlas yo también", tiró.
un gol... ahora no estaría hablando acá, si perdíamos con Armenio estaríamos en un funeral; pero esto es lo lindo del fútbol, lo cambiante que es. Y no lo cambio por nada.

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