Un amigo: El Lagarto Fleita. Nos seguimos viendo, le tengo un aprecio especial.
Un partido: Espanyol – Barcelona, en 2002, le ganamos 2-0 con dos goles de Tamudo. Ese día jugué realmente bien.
Un gol: El que le hice a Crespo, en la Copa Italia contra el Parma. Habían expulsado al arquero y estaba él en el arco. Me acuerdo que se la pateé por abajo, entró y después me chicaneó diciéndome: ‘Vos me podés hacer un gol a mi nomás’. Y algo de razón tenía. Fue en 1998.
Un personaje. El Pipa Gancedo. No jugué nunca con él, pero me lo cruzaba en los aeropuertos y después nos hicimos amigos. Es un loco bárbaro, tengo una gran relación con él.
Una anécdota. Me acuerdo con Racing, en una final con Gimnasia, salté a cabecear en una pelota con Guillermo, le hice un penal bárbaro que no cobraron y me dijo de todo. Encima yo le dije: ‘Perdoname Gustavo’. Y él se enojó más todavía. Tengo una buena relación con los dos, son re buenos pibes.
Un socio: Pablo Michelini. Fue el que mejor se complementó conmigo en Racing, él jugaba de 8, yo de 4 y hacíamos un tandem lindo porque él era muy sacrificado y me daba tranquilidad para pasar al ataque. Es un amigo del fútbol.
Un técnico: El español Paco Flores. Tenía una forma muy particular de manejarse, distinta del resto de los europeos: me pedía que juegue como lo sintiera, que disfrutara dentro de la cancha, confiaba mucho en mí. A veces ni me daba indicaciones, ahora lovoy a llamar para decirle lo del retiro.
Una imagen. El día que le ganamos el clásico a Los Andes (1-0, gol de Martìnez Ramos) ver a la gente festejando porque yo me sentía reflejado en esa tribuna.
Una cuenta pendiente: No tengo ninguna como jugador. Me di el lujo de retirarme en el club del cual soy hincha y de jugar en Europa en las dos ligas más importantes del mundo.
Un sueño: Devolverle a temperley como DT o dirigente las alegrías que me dio y ponerlo en Primera para que venga Boca o River al Beranger y que tengamos un club saneado con buena infraestructura.
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