Ya no cabe mas lugar para las especulaciones absurdas, ni mucho menos para los milagros. Temperley, una vez mas, ha quedado afuera de toda posiblidad para clasificar al torneo reducido y por ende, ha sumado un nuevo fracaso deportivo.
No es posible cargar las culpas en un solo lado, pese a que, sin dudas, la responsabilidad mayor de este tipo de resultados cae sobre quienes han tenido que tomar decisiones para, conformar este proceso, y luego tratar de enderezarlo. Temperley hay tenido durante este torneo un plantel corto, limitado y descompensado.
Si bien, mas adelante y con el torneo finalizado haremos un detalle mas pormenorizado, los resultados a la vista marcan claramente que han existido protagonistas, en todos los niveles, que no han sabido estar a la altura de la historia de Temperley. Este momento requiere, a nuestro juicio, profundos cambios y un importante golpe de timón. Persistir en criterios similares a los utilizados para iniciar esto proceso y a lo largo de todo su desarrollo, solo puede llevar a un lugar: El Desastre absoluto.
A la hora de las responsabilidades, cada parte tiene su cuota. Los dirigentes a la hora de generar los recursos para la conformacion de este plantel, el director técnico tanto en la selección de algunos jugadores como en los planteos tácticos realizados, y la mayoría de los jugadores, a la hora de salir a la cancha y ejecutar, sin dudas todos han fallado.
Mas adelante, tras la finalización del torneo, analizaremos en esta sección cada una de estas funciones y sobre las mismas daremos nuestra opinión.
Adelantamos algo. En materia futbolística un dato el cual, si bien no es el único, sin dudas ha sido el mas trascendente. El equipo, en materia defensiva ha tenido un rendimiento aceptable. Ha sido en materia ofensiva en la cual se ha fundamentado la debacle.
A continuación, en un par de tablas, donde ordenamos al momento, faltando dos fechas, como queda el equipo en una tabla virtual de goles en contra, y goles a favor. En la primera, alcanzamos un honroso sexto puesto, entreverados entre los clasificados, en la segunda, nos encontramos hundidos entre los últimos y siendo superados, entre muchos otros, por el equipo descendido. Mas claro, imposible.
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