martes, 13 de marzo de 2007

La Politica a la cancha

Se que lo que opiné en estas líneas sobre Manuel Rodas, trajo cola, en mas de un lugar., no me desdigo ni me arrepiento. Sigo pensando que un jugador si en forma manifiesta y reiterada demuestra con su juego y actitudes que no quiere vestir una camiseta, desde mi modesto punto de vista no debe volver a hacerlo.

Distinto es el caso de Rodrigo Stalteri. El jugador tuvo una actitud reprochable por donde se la mire al insultar y hacer gestos a los plateistas antes y durante el festejo del gol. (quien esto escribe estaba sentado en la platea, en línea recta al inicidente) pero tras el mismo, como si se diera cuenta que se "le salió la cadena", adoptó un perfil bajo, no agrandó el problema y luego, en varios medios colegas declaró que fue una calentura del momento y que pedía disculpas a la gente de Temperley. Disculpas que desde nuestra óptica deben ser aceptadas porque cualquiera de nosotros podemos cometer un error, y es de gente de bien saber perdonar.

Dos casos muy distintos que, deben ser considerados por lo que son, en un caso un manifiesto incumplimiento de contrato y sentimiento, en el otro, una mera calentura de momento.

Mal que nos pese, y seguro que contra la propia decisión del técnico Zielinski, el equipo partido a partido va adoptando una filosofía de juego determinada: La del desorden, la del juego no asociado, la del sálvese quien pueda, la de la falta de sentido colectivo a la hora de defender y en especial a la hora de atacar.

Vamos a marcar dos jugadas que muestran lo que podría llegar a ser este equipo y no lo es. La primera es un pase corto del Uruguayo a Stalteri, pique al vacío de Martinez a espaldas de la defensa, pase bombeado de Rodrigo perfecto a espaldas del último defensor y el de Uruguay que define débil a las manos del arquero. Minutos después por el otro sector, el izquierdo, una perfecta doble pared entre Saboredo y Caballero, culminó con un fuerte remate del delantero, salvando muy bien el arquero visitante.

Rescatamos estas dos jugadas porque fueron las únicas dos, de Todo el Partido en el cual el equipo mostró voluntad solidaria, juego en conjunto y muestras reales de que la única forma de salvarse es entre todos y no de a uno.

Lo normal en toda la tarde fueron, rechazos a cualquier parte de los defensores sin buscar un destinatario, la falta de relevos defensivos en todas las líneas, largas corridas de jugadores que terminaban en pases a los contrarios, remates al arco o jugadas individuales sin destino ni sentido con compañeros bien ubicados para habilitarlos etc. El descalabro desde lo colectivo es completo y absoluto, el nivel individual sigue siendo desparejo, pero no habiendo en el plantel ningún "fenómeno" de esos que pueden definir un partido por si solos, las buenas actuaciones individuales se diluyen en un mar de imprecisiones, falta de sentido colectivo y "egoismo" deportivo a la hora de buscar lo mejor para el grupo, en desmedro del lucimiento individual.

La Bandera

Estaba confeccionada en lo que parecía una sábana vieja, con letras azules, apenas legibles. Era muy evidente que sus autores (materiales e intelectuales) no son de los "habitues" de la tribuna, aquellos que si saben confeccionar un trapo para que se lea desde todos lados. La intención como este tipo de banderas era la de hacer daño, la de lastimar, en este caso a dos personas, buscando mezquinamente, un redito personal, político o lo que fuera, para otro grupo de personas.
¿Quien puedo acaso suponer que una bandera de este tipo sea algo positivo para un Club?
Estas banderas bajan línea y de alguna manera, cuando se ubican en la cancha, demuestran a quienes quieran leerla que:
a) El Club es una bolsa de gatos (el club, no solo la dirigencia)
b) Hay personas dispuestas a hacer daño a otras para tener razón
c) El dirigente o grupo al que representaban los autores de la bandera, se consideran mas importantes que el Club en si mismo
e) Lo importante para esta gente es salvarse ellos, y no el club.

Uniendo los dos temas, ¿Quien puede en su sano juicio criticar o condenar a un jugador por individualista, cuando desde la misma dirigencia y su propio lugar de trabajo (la cancha) es utilizado para dirimir miserias?

Los problemas en todo tipo de organización se arreglan de arriba, hacia abajo y nuestra opinión es que si bien es sano que haya grupos de socios con distintas inquietudes, NO ES sano mezclar este tipo de discusiones con un evento deportivo, salvo que lo que se busque sea pura y simplemente, hacer daño.

Para INTERCELE - Pedro Martearena

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