viernes, 11 de septiembre de 2020

Un club cerrado

 Al margen que quienes juegan al tenis, pueden ingresar y que los futbolistas profesionales desde esta semana vienen llevando a cabo los trabajos físicos autorizados por el protocolo elaborado por AFA, hoy el Club Atlético Temperley es un club cerrado.


Da pena pasar en auto o caminando por la Av. 9 de Julio y ver los portones y las puertas de la administración cerradas. Es imposible ver las tribunas al pasar y no escuchar el rumor de la hinchada en medio de un partido, o ver la entrada al club y no recordar los gritos de chiquitos y chiquitas vestidos de celeste corriendo con la ropa de alguna actividad. Esta Pandemia nos ha robado un año de muchas cosas, entre otras, nos ha robado un año de Club.

Para aquellos que tenemos mas de 34 o 35 años de edad sin dudas esta situación nos remite a los años 1991 y 1992 oportunidad en la cual también tuvimos un club cerrado y en aquella situación a punto de desaparecer.

Este año, se sufre, pero sabemos que nuestro mal, es un mal de todos y que cuando se solucione el problema de la Pandemia tanto Temperley como el resto de los clubes reabrirán sus puertas y todo regresará a la normalidad. Con las lógicas secuelas económicas y financieras del cierre, pero la luz en el fondo del tunel se encuentra a la vista. Nadie en Temperley fue responsable de este cierre. Es  algo grave pero es una desgracia mundial, no es solo nuestra.

En 1992 no era así. Todos los clubes seguían abiertos, el mundo funcionaba y a nosotros nos cerraron el club, nos remataron al plantel profesional completo, nos hicieron salir de todos los torneos que se disputaban a nivel deportivo y nos dijeron "Ustedes no existen mas". Uno pasaba por el frente del club y veía los pastos sobresaliendo por arriba del alambre perimetral y en la secretaría el deterioro era progresivo e inexorable. Nadie veia ninguna luz en el fondo del tunel.

Por eso, tanto para quienes vivimos y sufrimos aquella situación como para los chicos que solo conocen de ella a traves de sus mayores, este debe ser un momento de reflexión. A esa situación no llegamos porque un Juez se ensañó con Temperley, ni porque un designio maligno nos perjudicó. Llegamos porque una sucesión de Comisiones Directivas gastaron mas de lo que podían, llevaron al club a un Concurso Preventivo, luego a una Quiebra y finalmente a un cierre y remate. La culpa principal fue nuestra, de dirigentes y socios.

Ver al club cerrado nos tiene que enseñar que Nunca Mas nos puede pasar lo de finales de la década del '80. No podemos caer en manos de incapaces que manejen el club como si fueran sus dueños, lo destrozan económicamente y luego se van a sus casas con cara de "yo no fui" y no pasa nada. Es fundamental que las Comisiones Directivas tomen como un dogma no gastar un solo peso por encima de los ingresos, y tambien es fundamental que los socios no se dejen estar y ejerzan todo su poder de control que el Estatuto del club les otorga. 

En el año 2002 o 2003 escribí en Intercele una nota muy parecida a esta, y como todo estaba mas fresco, acabábamos de levantar la Quiebra, parecía casi una obviedad. Sin embargo no escarmentamos y en 2010 se volvió a votar a un irresponsable que nos hizo bailar en la cornisa durante dos años. Estuvimos a punto de tropezar nuevamente con la misma piedra. En 2012 tuvimos la suerte que ninguno de los acreedores judicializó su deuda, pero la situación a nivel financiera era igual de grave que la de 1991. Pudimos haber desaparecido.

Por eso repito, pasen por la puerta del club cerrado, recuerden lo que nos pasó en los '80, recuerden aquello que estuvo a punto de pasarnos entre 2010 y 2012 y con toda la convicción del mundo piensen bien fuerte Nunca Mas. No depende de un tercero, depende de todos nosotros.



No hay comentarios: