Ya está. Ya pasó. El dolor por la derrota sufrida en Junín frente al Sarmiento puntero del certamen tiene que haber quedado atrás. También las quejas hacia el arbitraje (otra vez polémico) del señor Echenique. Temperley está a poco más de 24 horas de un cruce trascendental como será el de mañana a las 21 frente a Tristán Suárez en el estadio Alfredo Beranger. ¿Porqué es clave el duelo con el Lechero? No porque sea "clásico" como dicen por Ezeiza que, dicho sea de paso, no lo es; pero sí por la realidad que atraviesan tanto el equipo dirigido por Vivaldo como el que hasta poco comandaba Pasini y ahora es conducido por Hilario Bravi. Ambos sufrieron varios traspiés inesperados pero han logrado levantarse. Y buscan consolidarse en los puestos de vanguardia...
Vivaldo hará dos cambios obligados por las expulsiones de Bustos Montoya y Krikorián. Y todo parece indicar que ingresarían Cristian Benítez -a quien el DT estuvo cerca de poner de arranque ante el Kiwi- y Víctor Guiñazú (foto), volviendo así a jugar el Cele con cuatro en el fondo. Ahora, la meta es ganar para llegar a 38 puntos y meterle presión no sólo a Suárez (40) sino también a Almirante (41) y Colegiales (41). "En esta categoría no te podés relajar ni bajonear. Ya está, lo de Sarmiento quedó atrás y ahora sólo pensamos en ganarle a Suárez para descontarle directamente a ellos y acercarnos a los de arriba. No podemos aflojar, falta mucho y si ganamos en casa vamos a estar ahí", señaló el uno.
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