domingo, 27 de diciembre de 2020

Un punto para llegar al borde del abismo

 En las finales los resultados no se merecen, se ganan, lamentablemente Temperley hoy en un partido en el que pudo ganar y en el final también pudo perder, solo empató y quedó con cinco puntos en la tabla faltando solo seis en disputa. Para peor tenemos una diferencia con los punteros que si bien todavía no es matemáticamente imposible alcanzarlos, deberían darse una combinación de resultados muy complicados como para que el Celeste logre llegar a ocupar el segundo puesto pues todos ellos tienen un partido menos jugado.

Sin dudas hubo posibilidades desaprovechadas en los cuatro últimos partidos, mala suerte, algún mal arbitraje pero esos cinco puntos muestran exactamente el nivel que hoy tenemos en este torneo de ocho.

Volvemos al análisis que hacíamos en la previa. Con lo que se pudo traer, Walter Perazzo en el corto tiempo que dispuso logró armar un funcionamiento defensivo adecuado. Hoy, salvo en los 7 u 8 minutos finales en el que todo fue un descontrol, el equipo no tuvo grandes problemas. Faltó quizás esa presión defensiva tan fuerte en todos los sectores de la cancha que se vio frente a Estudiantes de Río IV pero como hoy no servía otro resultado mas que el triunfo, el Celeste lo fue a buscar a la yugular, y sostuvo de la mano de Colzera, Vietto y de Marchioni una presión alta que complicó al local. Incluso un segundo de demora del arquero bohemio Rago generaba una situación de gol gracias a esa presión, y Colzera rematando de atrás de mitad de cancha casi abre el marcador con un arquero sorprendido que voló para la foto mientras la pelota daba en el travesaño.

Pero, sobre los 15' el "10" perdió movilidad, el mediocampo celeste no presionaba ya adecuadamente y la pelota la empezó a manejar el local de la mano de Valdez Chamorro y Ochoa Giménez. Temperley de haberse quedado atrás hubiera podido contener estos embates, pero era una final y había que ganar, siguió tratando de ir hacia adelante sin muchas ideas y descuidaba las espaldas. Fue así que llegó la apertura del marcador, una contra de Atlanta ganó las espaldas de Machuca quedando Giménez solo entrando por izquierda mano a mano con Papaleo. El arquero Celeste logró tapar al delantero pero con la mala fortuna que el rebote que dio pegó en De Martini que volvía a cerrar y se metió en el arco.

Decíamos en la previa que la defensa de Atlanta es endeble. Los defensores centrales son lentos, los marcadores de punta van bien al ataque pero regalan sus espaldas y el medio campo es mas de juego que de contención. Y así logramos empatar, una presión de Colzera frente a una salida lenta de Tecilla, el rebote le quedo a Vietto quien entrando por derecha cambió muy bien de pierna desairando a dos defensores y remató muy fuerte al segundo palo del arquero Rago que solo atinó a cubrir su primer palo. Era el empate y en ese primer tiempo el resultado alentaba a ir por mas.

En la segunda mitad los volantes locales perdieron la pelota, ya no pudieron manejarla. Temperley la recuperaba fácil pero en ataque ya no existía el vigor físico como para ir a apretar bien arriba y forzar algún otro error. Pasaban los minutos y se veía que era un partido para ganarlo pero al ataque celeste ya no le daba "la nafta" como para desnivelar. Walter Perazzo sacó  a los tres de adelante (Baldunciel Colzera y Vietto) y mandó a la cancha a Muscio, Alonso y Ellacópulos.

Y fue el entusiasmo de los recién ingresados que generó otra gran posibilidad para el celeste. Otra salida lenta de Tecilla, en esta oportunidad fue Alonso el que presionó, la jugada terminó en un tiro libre cerca del área que ejecutó muy bien Ellacópulos. La pelota rozó en la barrera y explotó en el travesaño. La Diosa Fortuna jugó nuevamente en contra.

Algunas fallas técnicas y el visible cansancio de algunos jugadores fue clave para esos minutos finales que fueron desastrosos. Lisa el DT local renovó parcialmente su equipo y los ingresos en especial de Pedrozo y Luis López le dieron otra profundidad al Bohemio. Temperley en ese final fue un descontrol, no se jugaba, no se marcaba y no se anticipaba. Tuvo tres muy claras el Bohemio para ganarlo pero aquí la Diosa Fortuna nos jugó a favor porque no definieron bien.

Al final fue un punto para cada uno. ¿Merecimientos? Las finales no se merecen se ganan o se pierden. Hoy perdimos los dos.

Tiene algo mas de dos semanas Walter Perazzo para recuperar soldados caídos, y armar un equipo para tratar de ganar el reducido. En defensa hay que mantener este nivel pero hay que mejorar mucho en ofensiva. Ahí serán todos partidos eliminatorios, jugando cada tres días y con posibles viajes al interior. Una carnicería. ¿Es difícil? Sin dudas, pero mientras haya vida hay que pelearla hasta el final. Somos Temperley y de eso sabemos mucho. 

(Foto Gentileza Prensa Temperley)

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