sábado, 1 de diciembre de 2007

Arranquemos el Bebedero

Hemos leído, en los últimos días a través de los comunicados de prensa del club y por correos que nos manda la gente, que existen distintos grupos de trabajo que, por fuera de la Comisión Directiva, se encuentran organizando colectas, juntando tapitas de gaseosa, o yendo directamente al club a realizar in situ tareas de mantenimiento y reparación donde se lo necesita.

Como siempre sucede en estos casos en Temperley en especial con algunos personajes, en lugar de sentirse impulsados a colaborar con todos y cada uno de ellos, se los critica, y si se puede se los destruye y desanima.
Hay muchos modos de atacar a una persona que desinteresadamente trata de hacer algo por el club, la mas sencilla, y por ende, la mas ruin, es la de hacer rodar sospechas sobre “intereses políticos”, o lo que es todavía peor acusarlos de llevar a cabo estos trabajos para quedarse con dineros ajenos.

Esto no es nuevo. Siempre que desde afuera se organiza algo, se sospecha y se tira este tipo de versiones. Siempre, por este motivo, o por el que fuera, quienes terminan trabajando en estos grupos, al cabo del tiempo, terminan siendo unos pocos que al final también se cansan y bajan los brazos.

Levantar una pared en Temperley es “hacer política”, organizar una rifa, cena o remate de camisetas es “tratar de juntar plata para robarla”, colectar y vender tapitas, chatarra, aerosoles etc para hacer una obra. es “muestra de club decadente”.

Lo peor del caso es que, en general, quienes critican este tipo de iniciativas, suelen ser, utilizando un término delicado “opinadores improductivos”. Dificilmente se los vea haciendo algo, dificilmente se los vea colaborando en algo.

Uno no tiene claro cual es el objetivo de esta gente ni su expectativa. ¿Supondrán que alguna vez, mágicamente, aterrizarán por estas tierras un grupo de dirigentes que convertirán las piedras en oro?”, “¿Dirigentes que pondrán sus manos en las cabezas de algunos chicos de inferiores y los transformarán en Aguirre, Cejas o Hauche?” o su secreta esperanza es que el Club Temperley sea tomado por un grupo político y financiado de afuera al estilo Los Andes y Tristán Suárez? ¿Ese es el modelo buscado? ¿Este es el modelo "moderno" y "no decadente"?

Debo informarles que, a todo fin, y desde Julio de 2001 en el cual recuperamos la libertad para tomar todas las decisiones que querramos. Por ende TENEMOS EL CLUB QUE QUEREMOS.
Algunos dirán tenemos el club que Podemos. Pero yo prefiero decir que tenemos el club que Queremos pues, claramente hay a la vista tres alternativas posibles de club, 1) La Decadencia y/o estancamiento actual, en la cual los recursos escasean, los grupos de trabajo se encuentran solos, dispersos y criticados, pero por lo menos mantienen viva la llama haciendo algunas cosas, 2) La llegada del Mecenas/Genio/Mago y su grupo que tiene todos los contactos, todos los recursos y magnánimamente los vuelcan en el club solucionando todos los problemas o 3) El camino de la recuperación a partir de la aparición de Muchos grupos de trabajo que en forma numerosa colaboran sin celos ni omisiones de nadie por un Temperley mejor. El Mecenas/Mago/Genio es reemplazado por las cientos de voluntades que generosamente ceden un poquito de su tiempo o capacidad por el club. Entre todos hacemos crecer al Club y el objetivo se logra sin gente iluminada, ni peligrosamente cerca de la mugre de la corrupción.

En INTERCELE, nos duele que el club se encuentre hoy inmerso en la Alternativa 1, sospechamos que dentro y fuera del club hay gente que ve la alternativa 2 como posible y trata de buscar al Mesías seduciendo o intentando seducir a cuanto filibustero pasa cerca, y personalmente, nos gusta mas como modelo de club la tercer Alternativa.

Tenemos el club que queremos porque en estos últimos años todas las personas que se acercaron a colaborar, de distinto modo fueron, sospechadas, despreciadas, criticadas, insultadas e ignoradas. “Solo sirve lo que hago yo”, dicen algunos, los demás son todos delincuentes, sin pruebas ni auditorias payasezcas que puedan demostrarlo.
Algunos ignoran emprendimientos de este tipo, por celos y resquemores, otros se burlan descaradamente de las subastas de camisetas, las colectas, los socios que van a pintar una pared o aquellos que juntan tapitas de gaseosa para construir un playón para practicar deporte.
Juntar tapitas de gaseosa muestra la decadencia

NO,

la decadencia del club está claramente representada en los inservibles que critican esto y no han hecho nada por el club salvo criticar a todo y a todos. Juntar tapitas, en si mismo puede sonar voluntarista, ridículo, tiempo perdido etc, pero muestra que AL MENOS SE ESTA HACIENDO ALGO, Si cientos de nosotros hiciéramos algo. El club sería otro. En el conjunto, tenemos el club que queremos. El club está como está pues en el modelo vigente la desidia puede mas que el emprendimiento, la crítica puede mas que la iniciativa. Tenemos demasiados caciques y muy pocos indios.

Quienes encararon este proyecto de las tapitas, quienes van con el Profe a pintar partes del fondo, quienes juntan con Mauro Navas para hacer una cancha auxiliar, las subcomisiones de los deportes amateurs etc. me hacen acordar al personaje de la película “Atrapados sin salida” que encarnaba Jack Nickolson.

Estaban todos encerrados en un hospital psiquiátrico sin posibilidades de salir. La gran mayoría de los dementes ya se encontraba resignada a su destino y ni soñaba en escapar, lo cual era, a la vista de las medidas de seguridad, absolutamente imposible. Frente a todos los dementes, Jack se toma de un enorme bebedero y comienza a hacer fuerza como para arrancarlo del piso, romper una ventana y escaparse. Es EVIDENTE que no tiene fuerza suficiente. Las venas se le marcan en el rostro y los brazos mientras infructuosamente, hace fuerza durante minutos. Cuando cae rendido, el resto de los locos se le acercan y le preguntan ¿Por qué hizo esto?, el se para, casi desmayado y responde con la mayor dignidad posible – “ Por lo menos, hice el intento "

En el final de la Película, con Jack ya fuera de combate, un enorme Indio que estaba internado, toma el bebedero, lo arranca, lo tira por la ventana, salta por la misma y se escapa.
El espíritu de uno, llevó a inspirar a otros a lograr su objetivo. Aunque les parezca raro. Este es el camino, salvo que se sienten en sus gordos traseros, y esperen otros 2.000 años al Mesías mientras el club se sigue hundiendo en la decadencia y se les termine de derrumbar en la cabeza.

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