El Plantel profesional de Temperley encaró estos días entre ambos partidos con esperanza pero con la sobriedad que indica que todavía nada está definido. En todas las declaraciones públicas, tanto los jugadores como el responsable técnico, prudentemente, se refieren a que si bien la diferencia de dos goles es importante, por nada del mundo puede ser considerada decisiva.
Respecto al estado físico de los jugadores, el responsable en esa materia, Jorge Mordasini, ha previsto tareas de recuperación en pileta y trabajos livianos para que este sobre esfuerzo le permita a los jugadores rendir a pleno el próximo sábado. En el orden de las lesiones, el único jugador con secuelas del pasado sábado fue Ariel Mangiantini con una entorsis de tobillo, la cual no le va a impedir ser de la partida.
Del mismo modo, como novedad, también se verifica el hecho que Elvio Zamuner ha cumplido su sanción y por ende quedará a las órdenes de Walter Céspedes. Una de las alternativas que se baraja para la formación del equipo es la salida del mismo de Eduardo Rocco, bajando Gustavo Ortiz a la posición de marcador de punta izquierdo, ingresando Zamuner como marcador central y pasando Aguirre a la mitad de la cancha.
Si así fuera y sin confirmar, la formación del Celeste para el próximo sábado a las 15:30 en Junín con el arbitraje de Carlos Maglio con Dubra, Ostúa, Zamuner, Cazajous y Ortiz; Gómez Aguirre, De Lucca y Miramonte; Mangiantini y Stranges. En el Banco seguramente estarán Campodónico, Minervino o Rocco; Valentini, Wisniewski y Cirillo.
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