domingo, 18 de julio de 1999

Un saludable cambio de actitud

En las Asociaciones Civiles sin fines de lucro el poder de las Comisiones Directivas está acotado a lo que le marcan los Estatutos debidamente aprobados. En general los Estatutos de este tipo de Instituciones reservan para el órgano de conducción aquellas decisiones vinculadas con la gestión operativa de la Institución. Por otra parte, en general, obligan a las Comisiones Directivas a rendir cuentas por las decisiones tomadas y reserva para un organismo superior, en general la Asamblea de Socios, la toma de las decisiones fundamentales para la marcha o la existencia del Club.

Este tipo de esquema de reparto del poder supone que los socios, como verdaderos y únicos dueños de los destinos del club delegan, por una cuestión de ordenamiento en una Comisión Directiva, elegida en forma democrática, una determinada cantidad de funciones generalmente vinculadas a la administración de las actividades que se llevan a cabo. pero hay que tener en claro que esta delegación, de ninguna manera, implica un "cheque en blanco", o dicho de otra manera, nadie puede arrogarse mayor poder que el de ser un mero administrador de los intereses del club y manteniendo siempre un esquema de rendicion de cuentas respecto a aquellos que en definitiva mantienen el poder y simplemente les cedieron parte del mismo por una cuestión de ordenamiento interno. Sería muy complicado que todos los socios tomen todas las decisiones.

Sin embargo y pese a que prácticamente todas las Instituciones de este tipo tienen Estatutos con esta divisoria de poderes, en la práctica en muchos Clubes, en especial los que practican fútbol profesional, pareciera que la cosa fuera de otro modo. Es habitual ver en los medios periodísticos como pases millonarios que involucran gran parte del patrimonio de los clubes son decididos entre "gallos y medianoche" por unos pocos miembros de las Comisiones Directivas, asimismo es muy común ver que decisiones de compras, inversiones, tomas de créditos etc. en las que las Comisiones Directivas se empeñan en "olvidarse" de informar o consultar a los socios. Este panorama general y nada democrático muchas veces es sustentado por los argumentos de "nosotros somos los que estamos acá trabajando" o "yo conseguí los recursos que permiten funcionar al club" u otros semejantes, como si con trabajo o con dinero estos personajes hubieran comprado las instituciones. De hecho no los compraron, pero actúan como si lo hubieran hecho.

En Temperley afortunadamente algunas cosas están cambiando. Si bien los dirigentes siguen empeñados en decir que están actuando igual que siempre y que no existen grandes diferencias en su accionar hemos considerado muy saludable el reciente anuncio público hecho por el Vicepresidente de la Institución que será una Asamblea de Socios la que en definitiva resolverá el camino a seguir respecto al tema de la conclusión de la Quiebra marca un drástico y saludable cambio en el "modus operandi" de la actual Dirigencia Celeste.

Todos recordamos como durante 1998 fueron desechadas sin mas trámite y sin consultar a los socios, distintas negociaciones encaradas por socios caracterizados de la Institución con los acreedores, algunas de las cuales incluso contaban con un aval de AFA y con condiciones financieras ampliamente favorables. En ninguno de estos casos se tuvo en cuenta la opinión de los socios. Quienes conducen el club se comportaron en reiteradas oportunidades como "iluminados" que pudieran decidir en lugar de la totalidad de los socios cuando de lo que se estaba hablando era nada mas y nada menos que sobre la continuidad y la existencia del Club Atlético Temperley. Nadie recuerda durante éstas situaciones que siquiera se insinuara el llamado a una Asamblea.

Por tal motivo, aunque se resistan a admitirlo y habiendo ahora aceptado poner un inminente acuerdo con los acreedores, y su forma de financiamiento a disposición de los socios para que la decisión sea tomada en una Asamblea Extraordinaria, que se llevará a cabo próximamente. Finalmente los dirigentes han evidenciado comprender que las decisiones de fondo, aquellas que involucra a cuestiones fundamentales de la Institución, deben ser inexorablemente resueltas por TODOS los socios de la Institución.

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