Vamos por partes, como decía Jack el Destripador y desde el principio.
La República Argentina tiene, como gran parte de los países organizados en forma democrática, tres poderes.
El responsable de juzgar y resolver, tanto en el ámbito público, como en el privado los delitos, es el Poder Judicial cuya función es hacer cumplir las leyes y sancionar a quienes no lo hacen. Por ende, cuando una persona mata, roba, estafa, se queda con lo que no le pertenece, viola la confianza que terceros le delegaron etc. es decir viola una ley, debe ser sancionado y llegado el caso si el delito es grave y/o reiterado debe ir preso.
Quien tiene conocimiento que otra persona está cometiendo delitos y en lugar de denunciarlo, lo protege o lo ayuda a ocultar sus actos, también viola una ley y su figura penal es la de cómplice.
Del mismo modo quien acusa públicamente en forma mendaz falsa y/o sin pruebas o utilizando verdades a medias ( que es un eufemismo de una mentira) a una persona pública de los delitos antes mencionados, ensuciando gratuitamente su nombre y honor, calumniándolo y/o injuriándolo también está violando un ley y por ende debe ser denunciado y sancionado.
Las tres especies son detestables, los que cometen delitos, los que los ocultan o ayudan como cómplices y los que ensucian a la gente sin pruebas defenestrando una persona como calumniadores.
Esta es la base en la que no hay transa. Debe quedar claro. Ahora seguimos.
Fuera de los tres puntos antes señalados, con los cuales, repetimos no transamos, queremos opinar sobre ciertos acontecimientos y comentarios que se están produciendo en derredor del Club Temperley, en general, y en los Foros de Intercele, en particular.
Cuando una persona o un grupo de personas asumen una función pública en una Asociación Civil, por ejemplo el Club Temperley (en general elegidos por sus pares por acción u omisión) , en ejercicio de la misma toman una serie de decisiones dentro del marco de un Estatuto el cual les pone los límites que no deben superar en dichas decisiones. Si alguien excede estos límites, ya volvemos a los tres puntos iniciales, por ende, sigamos adelante.
Estas decisiones estatutarias y por ende legales pueden ser positivas o negativas para la Institución. En algunos de los casos esta calificación es claramente objetiva (la decisión hizo ganar o perder dinero a la Institución etc.) o subjetiva (alguien de afuera opina que lo que se hizo estuvo mal, o debió hacerse de otro modo etc.)
Nunca nadie hace problemas por las decisiones con efecto positivo , por ende vamos a pasarlas por alto.
Las decisiones legales con efecto negativo objetivas, pueden deberse a muchos motivos. Desde un simple error, a una muestra de completa incapacidad, desde una imprevisión a un cambio coyuntural general etc.
Las decisiones con efecto negativo subjetivo (trajeron al 5 de Excursionistas en lugar del 5 de Flandria) pueden tener un efecto objetivo secundario. Es decir, pagar un sueldo por alguien improductivo, termina siendo un mal gasto, etc.
El mismo Estatuto da a los socios el derecho de control previo, posterior y constante de cada uno de los actos de los dirigentes. Es derecho de los socios preguntar y obligación de los dirigentes de informar y responder. Pero como en el fútbol, lo que termina decidiendo son los resultados.
Comparemos con el fútbol.
Si un equipo juega 45 minutos mal, no da para colgar al DT de los testículos en el medio de la cancha, del mismo modo si un jugador tiene un mal partido, no da para esperarlo afuera del vestuario y llenarlo de insultos.
En cambio, si un equipo a lo largo de una rueda del campeonato no juega a nada, o un jugador muestra una total incapacidad en su juego, en 8 o 10 partidos seguidos, digamos que, por lo menos merecen, una salida ordenada del club y el total repudio.
En mi modesta opinión, con los dirigentes es lo mismo.
La sumatoria de decisiones con efecto objetivo positivo y negativo, debieran verse en un Balance en el crecimiento Institucional y Patrimonial de la Institución. El crecimiento patrimonial surge tanto del incremento en los activos (infraestructura edilicia, cuentas a cobrar etc.) como de la disminución de los pasivos (menores deudas). El crecimiento Institucional se ve en la marcha deportiva, cantidad de socios, diversidad de actividades, mejores servicios, mejor infraestructura etc.
En base a todo esto, repito siempre dentro de un marco legal, uno debe decidir si un dirigente es bueno, o de su gusto o malo. Si es un buen dirigente y el mismo aspira a seguir siéndolo, apoyarlo impulsarlo, y votarlo si aspira a conducir el club, si un dirigente a juicio de cada uno ha sido malo, la sanción debe ser repudiarlo no votándolo mas y por ende no delegarle nunca mas el poder de administración del club.
¿A que viene todo esto?
Muy simple. Para que todo el mundo reflexione y ponga las cosas en su debido lugar. Sin necesidad de insultar, amenazar, o descalificar sin demasiado conocimiento. Sin incitación velada o expresa a la violencia desde los medios, sin diatribas que solo separan a la familia Celeste.
Por eso, cada uno en su lugar.
Los delincuentes y los calumniadores a juicio y si corresponde, presos.
Los buenos dirigentes, dirigiendo el club.
Los malos dirigentes, en la platea o la tribuna, sin nada que decidir.
Los socios, monitoreando, controlando en todo momento y en su debido momento, eligiendo bien.
La República Argentina tiene, como gran parte de los países organizados en forma democrática, tres poderes.
El responsable de juzgar y resolver, tanto en el ámbito público, como en el privado los delitos, es el Poder Judicial cuya función es hacer cumplir las leyes y sancionar a quienes no lo hacen. Por ende, cuando una persona mata, roba, estafa, se queda con lo que no le pertenece, viola la confianza que terceros le delegaron etc. es decir viola una ley, debe ser sancionado y llegado el caso si el delito es grave y/o reiterado debe ir preso.
Quien tiene conocimiento que otra persona está cometiendo delitos y en lugar de denunciarlo, lo protege o lo ayuda a ocultar sus actos, también viola una ley y su figura penal es la de cómplice.
Del mismo modo quien acusa públicamente en forma mendaz falsa y/o sin pruebas o utilizando verdades a medias ( que es un eufemismo de una mentira) a una persona pública de los delitos antes mencionados, ensuciando gratuitamente su nombre y honor, calumniándolo y/o injuriándolo también está violando un ley y por ende debe ser denunciado y sancionado.
Las tres especies son detestables, los que cometen delitos, los que los ocultan o ayudan como cómplices y los que ensucian a la gente sin pruebas defenestrando una persona como calumniadores.
Esta es la base en la que no hay transa. Debe quedar claro. Ahora seguimos.
Fuera de los tres puntos antes señalados, con los cuales, repetimos no transamos, queremos opinar sobre ciertos acontecimientos y comentarios que se están produciendo en derredor del Club Temperley, en general, y en los Foros de Intercele, en particular.
Cuando una persona o un grupo de personas asumen una función pública en una Asociación Civil, por ejemplo el Club Temperley (en general elegidos por sus pares por acción u omisión) , en ejercicio de la misma toman una serie de decisiones dentro del marco de un Estatuto el cual les pone los límites que no deben superar en dichas decisiones. Si alguien excede estos límites, ya volvemos a los tres puntos iniciales, por ende, sigamos adelante.
Estas decisiones estatutarias y por ende legales pueden ser positivas o negativas para la Institución. En algunos de los casos esta calificación es claramente objetiva (la decisión hizo ganar o perder dinero a la Institución etc.) o subjetiva (alguien de afuera opina que lo que se hizo estuvo mal, o debió hacerse de otro modo etc.)
Nunca nadie hace problemas por las decisiones con efecto positivo , por ende vamos a pasarlas por alto.
Las decisiones legales con efecto negativo objetivas, pueden deberse a muchos motivos. Desde un simple error, a una muestra de completa incapacidad, desde una imprevisión a un cambio coyuntural general etc.
Las decisiones con efecto negativo subjetivo (trajeron al 5 de Excursionistas en lugar del 5 de Flandria) pueden tener un efecto objetivo secundario. Es decir, pagar un sueldo por alguien improductivo, termina siendo un mal gasto, etc.
El mismo Estatuto da a los socios el derecho de control previo, posterior y constante de cada uno de los actos de los dirigentes. Es derecho de los socios preguntar y obligación de los dirigentes de informar y responder. Pero como en el fútbol, lo que termina decidiendo son los resultados.
Comparemos con el fútbol.
Si un equipo juega 45 minutos mal, no da para colgar al DT de los testículos en el medio de la cancha, del mismo modo si un jugador tiene un mal partido, no da para esperarlo afuera del vestuario y llenarlo de insultos.
En cambio, si un equipo a lo largo de una rueda del campeonato no juega a nada, o un jugador muestra una total incapacidad en su juego, en 8 o 10 partidos seguidos, digamos que, por lo menos merecen, una salida ordenada del club y el total repudio.
En mi modesta opinión, con los dirigentes es lo mismo.
La sumatoria de decisiones con efecto objetivo positivo y negativo, debieran verse en un Balance en el crecimiento Institucional y Patrimonial de la Institución. El crecimiento patrimonial surge tanto del incremento en los activos (infraestructura edilicia, cuentas a cobrar etc.) como de la disminución de los pasivos (menores deudas). El crecimiento Institucional se ve en la marcha deportiva, cantidad de socios, diversidad de actividades, mejores servicios, mejor infraestructura etc.
En base a todo esto, repito siempre dentro de un marco legal, uno debe decidir si un dirigente es bueno, o de su gusto o malo. Si es un buen dirigente y el mismo aspira a seguir siéndolo, apoyarlo impulsarlo, y votarlo si aspira a conducir el club, si un dirigente a juicio de cada uno ha sido malo, la sanción debe ser repudiarlo no votándolo mas y por ende no delegarle nunca mas el poder de administración del club.
¿A que viene todo esto?
Muy simple. Para que todo el mundo reflexione y ponga las cosas en su debido lugar. Sin necesidad de insultar, amenazar, o descalificar sin demasiado conocimiento. Sin incitación velada o expresa a la violencia desde los medios, sin diatribas que solo separan a la familia Celeste.
Por eso, cada uno en su lugar.
Los delincuentes y los calumniadores a juicio y si corresponde, presos.
Los buenos dirigentes, dirigiendo el club.
Los malos dirigentes, en la platea o la tribuna, sin nada que decidir.
Los socios, monitoreando, controlando en todo momento y en su debido momento, eligiendo bien.
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