domingo, 14 de marzo de 1999

Buscando un modelo de Club

Desde éstas líneas nos hemos referido en mas de una oportunidad a las serias consecuencias que han tenido en el patrimonio de las Asociaciones Civiles la falta de idoneidad en la administración de sus bienes. El hecho que las personas que conduzcan estas entidades sin fines de lucro sean directivos "ad - honorem" produce que en la mayoría de las oportunidades las Comisiones Directivas estén conformadas por gente voluntariosa con tiempo disponible pero con su capacidad excedida por la responsabilidad o aventureros que toman las instituciones para potenciar sus negociados personales.

Lamentablemente la mayoría de las personas, socias de las Instituciones con idoneidad suficiente para conducirlas se desempeñan en trabajos que le ocupan gran parte de su tiempo y por ende les dificulta enormemente el ejercer cargos de responsabilidad en este tipo de Entidades. Por tal motivo deben delegar en otros, con mas tiempo pero, habitualmente, con menos capacidad o identificación con los objetivos de la entidad..

Estas definiciones pueden sonar un pocos tajantes o taxativas, sin embargo en vista de los resultados que arrojan la gran mayoría de las Asociaciones Civiles con grandes pérdidas patrimoniales, Concursos preventivos y Quiebras, evidencian que las administraciones no han sido para nada felices.

A nuestro juicio el hecho que la mayoría de las entidades se encuentren en el estado actual es directamente proporcional al nivel dirigencial promedio y quienes llegan a puestos de conducción lo hacen sin ningún tipo de preparación previa y quedando absolutamente impunes frente a los desatinos cometidos. El agravante es que los esquemas actuales los clubes carecen de los mínimos procedimientos de control y las conducciones permanentemente se cortan solas en decisiones inconsultas y reñidas con el interés social cuyas consecuencias nefastas están a la vista.

Sin embargo hay excepciones.

Durante la pasada semana, estuvimos en el Club Atlético Lanús en el inicio de un Congreso de Capacitación Dirigencial que se está llevando a cabo por estos días en ésta Institución, donde el temario incluye diversos temas como la responsabilidad dirigencial frente a las crisis financieras, violencia en el fútbol, Clubes de Fútbol como Sociedades Anónimas etc.

La apertura la realizó el Presidente de Lanús el Dr. José Emilio Chebel quien realizó una encendida defensa del Club de Fútbol como Asociación Civil sin fines de Lucro opinando que la transformación de los mismos en entidades con fines comerciales desvirtuaría por completo el objeto principal de estas entidades y volcaría un gran manto de sospecha sobre las competencias deportivas.

Desde un punto de vista estrictamente filosófico estamos 100% con lo que planteaba el Dr. Chebel quien en forma permanente ponía al propio Club Lanús como ejemplo que la Asociación Civil sin fines de lucro exitosa es un objetivo alcanzable y no una utopía. Sin embargo fue el mismo presidente de Lanús quien dio las claves respecto a porque este modelo no sea muy sencillo de trasplantar a otras Entidades similares.

En su alocución Chebel justificó la debacle económica de los clubes con el argumento que hasta hace no demasiado tiempo gran parte de los mismos eran subsidiados por el Estado y que a posteriori con el cambio en la política macroeconómica nacional, el Estado dejó de invertir en gasto social y por lo tanto los clubes perdieron esta protección y al no estar preparados sus economías entraron en crisis y experimentaron serias dificultades financieras.

Quienes conocen el tema saben que el mismo Lanús fue un Club muy subsidiado, en su momento, tanto por la Municipalidad como por la Gobernación Bonaerense. La diferencia de éste club con el resto fue que sus dirigentes capitalizaron muy bien estos subsidios y armaron una estructura "a prueba de balas" para capear cualquier coyuntura económica adversa y crearon casi de la nada una Institución modelo a nivel nacional.

Nuestra duda es el hecho que quienes pretendan comenzar a aplicar el modelo de Lanús a rajatabla y en la coyuntura actual no tendrán, tal como si tuvo la entidad Granate en sus inicios, ningún tipo de protección estatal o subsidios, por el contrario, deberán enfrentar todas las adversidades que la "economía globalizada" le genera a las instituciones y empresas chicas y medianas.

La filosofía del Club como asistente del Estado en la contención social, sirviendo a la comunidad, la idea que quienes compitan deportivamente lo hagan solamente por la camiseta, Los dirigentes barriales y "ad honorem" que simplemente con honestidad y sentido común manejan los destinos de las instituciones son aspectos que compartimos como ideales para un club, sin embargo la realidad marca que este modelo en la gran mayoría de los casos está fracasando. Lo peor es que al fracasar en su administración económica y financiera estas entidades tampoco pueden cumplir con sus elevados fines sociales y comunitarios.

Por tal motivo desde nuestro punto de vista es imprescindible buscar un nuevo modelo de club que, por una parte permita cumplir con los fines de su objeto social y por la otra sea factible desde el punto de vista económico y financiero. Este nuevo modelo debiera cumplimentar como premisa básica el de ser aplicable, en la coyuntura actual, a las Instituciones o Asociaciones Civiles, sin fines de lucro pero que el mismo se adapte a las particularidades de cada una.

En nuestra opinión, no es posible esperar que la solución mágica venga desde el Estado o desde los legisladores, quienes durante este año se encuentran muy preocupados en temas políticos y muy difícilmente asignen tiempo a resolver esta problemática. Por otra parte los proyectos de ley existentes simplifican el problema y lo resumen en distintos proyectos que propugnan la conversión de los clubes en Sociedades Anónimas. Por tal motivo pensamos que la solución deberá encontrarla cada Institución desde sus propios organizaciones internas.

El Dr. Chebel manifestó en su alocución que el inicio del "fenómeno" de Lanús fue un pacto político entre las distintas Agrupaciones del Club que acordaron los objetivos fundamentales sobre los cuales estuvo basado el exitoso modelo actual. Este pacto, explicaba el Presidente Granate, tuvo como característica básica, el hecho que los objetivos sectoriales pasaron a un segundo plano, en haras del gran objetivo común y el espíritu democrático que lo inspiró y sigue inspirando en cada acto de gobierno.

Cada Club y en especial el que nos interesa a nosotros, el Club Atlético Temperley, debería necesariamente realizar un pacto entre todos los sectores fijando los objetivos de base en los que todos seguramente estamos de acuerdo. Sobre dichos objetivos, en forma democrática, debería determinarse cuales son las políticas a implementar para alcanzarlos, que elementos se van a tomar de la Asociación Civil y cuales de la Empresa Comercial y que rol va a tener cada sector en dicha implementación.

Finalmente, con el modelo teórico definido, deberían implementarse los cambios estatutarios que garanticen que todas las conducciones futuras de la institución no tengan la mas mínima chance de apartarse de los objetivos preestablecidos y consensuados. En este aspecto es fundamental la existencia de un fuerte control por parte de los socios y una permanente rendición de cuentas por parte de los directivos.

Cuando recorremos el Club Lanús, sus instalaciones deportivas, su sede etc., cuando escuchamos hablar a sus directivos, cuando observamos su realidad deportiva actual, nos genera una sana envidia. Sin embargo, en el caso de Temperley, con el poder de movilización de gente que ha demostrado en fechas recientes, con la ubicación estratégica de sus instalaciones, con el respaldo de su rica historia, parece factible alcanzar metas similares.

Temperley está en condiciones de desarrollar un modelo propio de club exitoso pero el hecho que lo logre depende de la lucidez y la decisión de su dirigencia, tanto la oficial como la que hoy no está conduciendo al Club. Quienes así no lo entiendan, por el bien de la Institución deberían dar un paso al costado.

Los objetivos son claros, factibles y alcanzables, pero lamentablemente debemos tener muy en cuenta que los tiempos para llevarlos a cabo no son ilimitados.

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