domingo, 20 de diciembre de 1998

No hay peor ciego que el que no quiere ver

Desde estas líneas en muchas oportunidades, hemos hecho un llamamiento a la unidad de todos los socios y simpatizantes celestes como única alternativa para salir delante de todas las dificultades que, hoy por hoy atraviesa el Club Atlético Temperley. Hemos escrito hasta el cansancio que era necesario deponer las enemistades personales, los enconos históricos, las viejas disputas, para de una vez por todas lograr el tan ansiado despegue de nuestra institución.

Hoy, pese a lo sucedido en los últimos días, no renegamos de lo antedicho, por el contrario, lo seguimos reafirmando y seguiremos luchando, desde donde nos toque estar, para que la tan ansiada unidad sea posible.

Sin embargo hay situaciones que nos llevan a pensar que hay gente dentro del Club, en especial aquellos que hoy tienen la responsabilidad de estar al frente de una Comisión Directiva formal, que se encuentran en las antípodas de este objetivo. La misión de esta gente, parece ser la de atacar, despreciar y tratar con el máximo desdén a todo aquel socio o grupo de socios que intentan realizar cualquier tipo de aporte, o que acercan cualquier idea en beneficio de la institución. Para esta gente toda iniciativa que surja fuera de su círculo interno es considerada un ataque a su gestión y reaccionan buscando, por todos los medios, descalificar, la idea y a quien la propone.

Dentro de este estado de situación puede parecer imposible hablar de Unidad entre todos los socios y simpatizantes Celestes. Posiblemente así sea pero si podemos seguir planteando como objetivo buscar la Unidad de todos aquellos que tengan como meta principal trabajar por el engrandecimiento del Club Atlético Temperley deponiendo objetivos y motivaciones personales.

La idea no es excluir a nadie a priori, sino el de consensuar objetivos de máxima comunes y que se sumen a ellos todos los que los persigan. Quienes no comulguen con los mismos y mantengan su actitud autista y de trinchera considerando enemigos a todos los que no pertenecen a su "secta", se autoexcluirán por si mismos.

En otras palabras, la Unidad entre la gente que tiene real voluntad de conformarla es todavía un objetivo posible y alcanzable, quienes prefieran seguir trabajando en forma aislada y buscando perpetuar la actual situación de la Institución, cada vez mas parecida a una Sociedad de Fomento que a un Club, con todas las letras, que respete la historia y el prestigio alcanzado en años anteriores, seguirán ciegos ante una realidad que para el que quiere ver, surge cada vez mas elocuente.

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