viernes, 12 de septiembre de 2008

"Hay que jugar con la presión que tiene Chicago"

El arquero Federico Crivelli reconoció que el Cele "debe ser inteligente" mañana cuando visite al Torito porque "ellos tendrán mucha más presión que nosotros, por la gente que les va a pedir un triunfo como sea para empezar a pelear más arriba".

"Nosotros tenemos en claro eso. Y tenemos que saber aprovecharlo; si somos inteligentes podemos ponernos en ventaja y después jugar con eso, con esa ansiedad o con el murmullo de la gente que les hará sentir la responsabilidad", tiró Cuellito.

De todas maneras, Crivelli sostuvo que el equipo "no saldrá a especular sino a buscar los tres puntos". "Hay que jugar con tranquilidad porque tenemos noventa minutos para ganarlo, si nos desesperamos quizá le facilitamos la tarea a Chicago. Hay que ser inteligentes", tiró Fede en diálogo con la audición "El Gasolero". Y agregó: "Vamos a hacer todo lo posible para volver con los tres puntos y seguir peleando ahí arriba".

Además, el uno se mostró "muy feliz" por seguir siendo el arquero titular ahora con Vivaldo en el banco de suplentes. "Me pone muy contento estar en el equipo porque tengo un tipo como Jorge atrás que tiene un recorrido bárbaro en el fútbol y muchísima experiencia. Es una responsabilidad doble, porque él también trabaja con muchísimo profesionalismo para tener su chance", comentó.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Jorge Vivaldo : "Si Fede tiene que atajar todo el año, voy a ser el primero en alentarlo y desearle lo mejor, yo quiero que Temperley sea campeón"


Intercele habló con el arquero Jorge Vivaldo, acaso uno de los iconos del fútbol argentino, que entrenandose y pacientemente aguarda su oportunidad. El gran Vivaldo, además dio una mano en un festival para juntar dinero y ayudar a Agustina, quien padece de leucemia.

Mientras aguardas tu oportunidad se te ve bien, trabajando, contento…

Seguro, ojalá que el fin de semana podamos volver a la victoria que es lo que queremos, estar en un equipo protagonista. Feliz porque yo también me siento bien, obviamente tengo unas ganas de jugar que me muero, pero este puesto es así, hay que esperar la oportunidad, Fede está haciendo las cosas muy bien, así que desgraciadamente por esta lesión no pude arrancar jugando y ahora hay que aguantarsela y esperar, pero estoy feliz por el tr
ato que me da el cuerpo técnico, mis compañeros, los mismos dirigentes y la gente de Temperley, que desde que vine, la verdad que no hace más que tirarme buena onda, así que ojala dentro de poco se lo pueda retribuir desde el campo de juego que es lo que uno quiere.

Se te ve bien, contento con los chicos, explicándoles, proponiendo ejercicios, como si fueran amigos de toda la vida

Pasa que son sensacionales. Fede un pibe bárbaro, un gran arquero, que tiene muchas ganas de mejorar, que tiene un gran futuro, con el Cabezón Medina viajamos todos los días juntos, porque vamos y venimos con el auto, también y está Leito ahí, que está dando sus primeros pasos, que es un muy joven y me veo un poco reflejado en ellos, cuando yo arrancaba en Arsenal; yo no estoy para ser maestro de nadie, todavía yo tengo que mejorar y aprender cosas, pero lo que hago es tratar de proponer laburos, cosas y ellos también y le metemos muchísima alegría, que me parece que es la forma más linda para trabajar porque ya vamos a tener tiempo de ponernos serio en los partidos.

Hablando de partidos, uno te ve, llegaste al banco de supentes, se te ve alentando a los compañeros de afuera, como que vas pidiendo un poquito de pista.

Y uno quiere, sinceramente te digo, quiero jugar, no es feliz estando en un banco de suplentes de ninguna institución, estoy acostumbrado a ser titular, toda mi vida he jugado, en primera, en todos lados, no es fácil para mí. Pero también tengo que reconocer que fue a causa de un problema que venía arrastrando y que hoy hay un compañero que viene haciendo las cosas bárbaro, entonces cada vez que me tocó jugar lo que estuvieron atrás mío me alentaron, yo voy a hacer lo mismo, si Fede tiene que atajar todo el año, voy a ser el primero en alentarlo y desearle lo mejor, yo quiero que Temperley sea campeón y voy a construir desde el lado en el que esté, ojala que sea de adentro porque es lo que quiero: jugar. Digo que el que se sacrifica en algún punto le llega, y bueno…hay que esperar.

Por ahí, de la lesión que mencionabas, en algún momento se hablaron de tantas cosas y se dijeron cosas que no fueron ciertas.

Pasa que hablaban de una pubialgia y no, lo que tengo es un problema, ni siquiera lumbar, porque…lo descubrió el médico del plantel. Me estaba tratando como una lumbiocetalgia, pero en realidad es un problema en un músculo, que se llama piramidal, que es muy difícil de detectar, es decir que perdí casi un mes y medio tratándome de una cosa que no era y por eso no avanzaba. Y la verdad que por eso hay que darle gracias al médico Marcelo (Tirotta) -Temperley debe agradecer tener un médico como él en el plantel, no es la primera vez que recupera algún jugador -, que él justo cuando Fontana, cuando el estaba en Defensores de Belgrano, había tenido un problema muy parecido, me hizo una serie de filtraciones y a partir de ese momento empecé a mejorar, lo que si es algo que va mejorando periódicamente y bueno cada día que va pasando me voy sintiendo mejor.

Eso es bueno saber para que cuando te toque, saber que siempre vas a estar preparado…

Por eso cuando yo vine, hablé con los dirigentes, por eso no quise cobrar el mes de julio porque me parecía que era algo que no correspondía, vine a jugar, mirá que yo soy un laburante y necesito la plata, porque a lo mejor un piensa que uno está salvado o algo, no. Yo hice casi toda mi carrera en el ascenso y vivo del fútbol, vivo de mi trabajo, así que…pero mi apuesta es deportiva y yo tenía muchas ganas de venir a Temperley y más este año que se armó un equipo para pelear, así que ojalá que todo esto que uno está haciendo y este esfuerzo, dios nos premie y se pueda ver a fin de año.

Agustina Williams padece de Leucemia y su familia está buscando la manera de poder juntar dinero para el caro tratamiento, para ello se organizó un festival en el que logró recaudar cerca de 8 mil pesos -el chori sólo costó 2 pesos por dar una cifra y se tenga en cuenta el esfuerzo y contribución de todos- y el flaco estuvo ahí, con su perfil bajo, con su humildad, contribuyendo a una noble causa.

Hablando de la gente de Temperley supimos que el domingo anduviste ayudando a una chiquita…a ver si nos podés contar un poco de eso que mucho no se supo.

Sí, hay una nena que tiene leucemia que es de acá, del barrio, hay una necesidad y se juntaron los vecinos, que la verdad los vecinos unos fenómenos, hicieron un festival, recaudaron plata, y lo que hice yo fue llevar un buzo, donarlo, participar y ayudar. Siempre que hay alguna necesidad de cualquier tipo me gusta participar y ojalá que el problema de esta chiquita se pueda solucionar, se pueda tratar, tenemos fé que en que va a ser así. La verdad que tirándole la mejor de las ondas.

Una de las cosas que nos comentaban es que gente de otros clubes, o por ahí de Los Andes, se acercó a que le firmes.

Sí es verdad eso, la verdad que a uno, viste que son cosas que te llenan de felicidad, porque vos decís por ahí un hincha de Los Andes, de otros clubes, de Banfield y no, hay buena onda porque ellos saben que la rivalidad más que nada es futbolística, pero siempre he sido muy respetuoso de los hinchas y mirá que me han dicho y hecho cosas que sin embargo no he reaccionado, es mi manera, a lo mejor, de retribuir el cariño que uno va recibiendo en la calle.

Como si nada

Temperley entrenó a pesar de la lluvia en el Beranger.
El plantel volvió a hacer un trabajo de entrada en calor, uso el gimnasio también, y luego pasó al césped para realizar el trabajo táctico del que dispuso el técnico para terminar de sacar conclusiones.
Bajo la intermitente agua que caía el equipo que paró Stagliano volvió a mostrar a Juan Quevedo, de quien se temía que no llegara, como posible titular, inquieto y en buena forma.
Algo para tener cuenta ya que desde el empate ante Flandria el volante no jugó y coincidió con una serie de resultados que si bien sumaron fueron poco favorables.

El resto del plantel trabajo a un costado e hizo trabajo de gimnasio también.

Ya sólo resta esperar a mañana, en el que el equipo será confirmado por Stagliano, quien ya había asegurado que habría cambios en el primer equipo.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Vicente Stagliano: "Nosotros queremos jugar siempre, a veces se puede a veces no, el rival también juega"

Stagliano habló con Intercele sobre las posibles variantes para el sábado y de su propusta de ir siempre al frente y las consecuencias que esto le trae al equipo.

Se empata el partido, si bien se mejora respecto del partido con Defensores, da la sensación de que falta.


Seguro, que se mejoró en el juego, pero falta mucho, falta mucho para conseguir lo que uno quiere del equipo. Por ahí se abusó mucho del pelotazo, cuando es una alternativa para Dani y a veces se puede entrar más jugando, pero eso con el tiempo se va a lograr. Es un equipo que por ahí se acostumbra a jugar con Dani y le quiere tirar pelotazos de todos lados y no es así, a veces hay que jugar para otros muchachos. Creo que dejamos una buena imagen de acuerdo al rival que tuvimos, que era Brown, que estaba ahí arriba, que estba puntero y que merecimos ganar, también ellos en un momento nos podían hacer un par de goles más, pero una vez que estás jugando para empatarlo, te descuidas un poco más.

El hecho de que no este Quevedo, tras la lesión salió y coincidió con que se cortó la , te obligó a cambiar algo del sistema de juego.

No, logicamente Juan es un jugador importante para el equipo, pero no es porque no está él que no se ganan los partidos, por ahí tuvimos, vos fijate que en Defensores, tampoco merecía perder y te cobran un penal a los 44' , acá el otro día hubo un penal, una mano y no te lo cobraron. Entonces, a veces son cosas que a uno le extrana, pero no me voy a poner a hablar de los árbitros, ellos la ven o no y en Defensores la vio y acá no, o no creyó conveniente cobrarlo. Yo no me fijo mucho en los sistema si en la manera de jugar, sistema que tengas, cualquiera sea, hay una manera y una forma de jugar que el equipo la tiene que hacer y por ahí no nos está saliendo.

Que los resultados no se den pone impaciente a la gente y se siente esa inquietud en la cancha, ustedes cómo lo están hablando, sabiendo que son batsnate autocríticos en ese sentido.

Tranquilo, acá sino no tenés tranquilidad; la gente, es lógico que va a querer que el equipo gane siempre, pero no todos los equipos juegan bien, fijate que enfrentamos al puntero y cómo vino a
jugar, entonces si nosotros cambiamos la manera de jugar por cómo juega el rival, yo creo que vamos a tener problemas. Nosotros queremos jugar siempre, a veces se puede a veces no, el rival también juega, la propuesta de Temperley siempre es jugar, lo has visto en los entrenamientos, en los partidos, no nos salió con Defensores, nos salió el otro día, los prmeros 10, 15 minutos generamos varias situaciones de gol, por ahí no fueron claras, claras, pero las situaciones están. Llegamos con 5 o 6 jugadores al arco rival, pero después tenemos que controlar los tema de la contra, por ahí nos salieron mucho de esa forma y no pudimos robar la pelota, que ese es un tema a trabajar, lo estamos haciendo, pero a veces los descuidos, la desesperación te hace cometer errores, pero prefiero un equipo que vaya a buscar siempre el resultado a uno que se defienda y salga de contra, yo prefiero que Dani este mucho más en el área y no en la mitad de cancha, entonces hay que lograr un equipo que este presionando constantemente. Ahora vamos a enfrentar a Chicago, que por ahí esperaremos un poco más porque es una cancha grande y el equipo no está para presionar los 90' en una cancha con espacios grandes, entonces esperaremos y cuando tenemos la pelota sí jugaremos para llegar al arco rival.

Hablabas de trabajo, respecto a la defensa que es dónde surgieron más críticas o dónde se hizo más hincapié, ¿pensás hacer alguna modificación?.

Sí va a haber, una o dos modificaciones, según cómo queramos jugar, hoy por ahí probamos el mismo equipo que el otro día con la entrada de Virardi o por ahí jugamos con dos enganches; con Juan y Pablo González, somos más ofensivos pero así también nos pueden lastimar más, entonces hay que controlar el equipo, hay que hacerlo retroceder bien, ese no es un equipo para presionar sino para jugar bien, el otro equipo es más para estar más despierto, contronlado al juego contrario y sí salir por afuera.

El resultado con Almirante no es malo, no era lo que se quería pero sumó, ¿pensas que Chicago plantee un partido mezquino como lo hizo Almrante el domingo o va a salir?

Chicago está obligado a salir a buscar... y nosotros también. Chicago y Temperley son dos grandes de la categoría que por ahí como Almirante son más conservadores que juegan así de igual de local, o sea te esperan, te salen de contra, te embocan uno y lo perdés, es muy dificíl hacerle un gol a Almirante y Chicago no está tan bien, por ahí está peor que nosotros, pero también es de cuidado, hay que estar controlados, controlarle el juego y a partir de eso jugar, queremos un equipo ofensivo, pero tampoco somos locos que vamos a buscar un resultado como locos y nos meten 3 como Tristán, hay que estar controlados, la gente quiere meter delanteros, delanteros y delanteros, pero también hay que defender; entonces por ahí son cosas que te llaman atención, a a veces, lo que pide la gente, por ahí pide mucho más delantero y tenes 5 adentro del campo no quiere decir que seas ofensivos. Mirá a Almrante que vino con 3 delanteros, pero ¿cuántas veces llegó al arco?, de contragolpe. Entonces, tenés que tener jugadores que traten de acercar el juego a los delanteros de nosotros, que son Falczuk y Dani, y los volantes por afuera que llegan como Julián y Quiñónez y tenr uno en la mitad de la cancha que arrime el juego, pienso que eso es mucho más productivo que jugar de contragolpe.

El Ocho era Moacyr de Fontanarrosa

El que tiró la primera piedra fue Ricardo, apenas después de haberse ido el tipo.
—Che… ¿quién es este coso?
—No sé —contestó el Zorro.— ¿No es amigo tuyo?
— ¿Mío? No. Estás en pedo vos.
—Es amigo del Colifa —aportó el Pitufo—, certe­ro interrumpiendo una conversación que sostenía con una rubia de rulos de la mesa vecina. Tenía eso el Pitu, podía mantener varias conversaciones a la vez, quizás porque no le gustaba verse marginado de ninguna.
En eso llegó el Colifa.
—Che…—le preguntó Ricardo—… el flaco ese que se fue ¿es amigo tuyo?
—¿Qué flaco? —frunció la cara el Colifa mientras se sacaba la campera y la bufanda.
—El flaco… El “Sobrecojines”.
—Ah no… —se rió el Colifa.— Yo no lo conozco.
El hombre, el que se había ido, había tenido la desa­fortunada ocurrencia días atrás, en una de sus pocas in­tervenciones en la charla, de decir que manejar el último modelo de Renault era sentirse como “sobre cojines”. Se habían hecho todos los pelotudos pero la cosa quedó registrada.
—¡Yo creí que era amigo tuyo! —se rió el Pitufo.
—Yo no lo vi en la puta vida.—Pero… ¿Lo conocés?—Sí. De acá, ahora.
—Entonces… —insistió Ricardo, casi amenazante.
— ¿Quién lo trajo a la mesa?—Qué sé yo.
Nadie sabía. Pero no era muy extraño. En “El Cai­ro” era así. De pronto uno se encontraba sentado junto a alguien desconocido que, tal vez por varios días se integra­ba a la mesa y luego desaparecía tan silenciosa y misterio­samente como había llegado, o reaparecía en alguna mesa lejana, con otra gente asimismo desconocida, y dispensa­ba un saludo desde allá atrás, al voleo, de cortesía.
—Por ahí alguien se lo dejó olvidado —aventuró el Zo­rro.
—Eso. ¡Vaya a saber desde hace cuánto tiempo ha es­tado sentado acá el pobre tipo!
—Yo creía que era amigo tuyo —señaló Ricardo a Belmondo— y ahora resulta que no lo junta nadie.
—¿Mío? ¿Porqué? Ricardo frunció la nariz.
—No sé —dijo— lo veo muy fino ¿no? El Zorro captó la cosa de inmediato.
—Muy delicado. ¿No es cierto?
—¿Puto, decís vos? —se rió Belmondo. Después se es­candalizó.
—¡Qué guachos de mierda!—Como te mira mucho… —siguió Ricardo—.. qué sé yo… yo pensaba…
—Medio trolo el muchacho —sentenció el Zorro.
—¡Mirá que hay que ser hijos de puta! —dijo Belmon­do.
— Como el tipo es serio, es educado, es un tipo correc­to… para éstos ya es un comilón.
—Muy fino, muy fino. Demasiado.
—Para mí que a vos te tira la goma —opinó el Colifa, mirando a Belmondo.
—¡Qué hijos de puta! —se tomó las manos Belmondo.
— No se puede ser culto acá.
—Si te mira y se relame, Bel… —le informó Ricardo.
— A Moreira lo manoteó el otro día.
—Sí —defendió Belmondo— no te le agachés adelante.
—¿Qué lo defendés? ¿Qué lo defendés? —pareció ofen­derse el Pitufo
— ¿Tenés algún interés creado con ese tipo?—Para mí que se la lastra —meneó la cabeza el Zorro.
— ¿No viste a Pedrito cómo lo relojea también?
—¿Quién, che? —Pochi había llegado, enganchando las últimas palabras mientras acercaba una silla para poner la campera.
—El flaco alto, el “Sobrecojines”.
—¿Qué pasa?—Que es muy sospechoso, medio rarón ¿viste? —el Pitufo reunía la punta de los dedos de su mano derecha frente a la boca haciendo el gesto universal de comer.
—¿El elegante? —exclamó el Pochi, sentándose.
— Muy puto. Tragasables del año uno.
—¡Qué hijos de puta! —volvió a reírse Belmondo.
— El otro pobre tipo…—Traga la bala —siguió el Pochi, serio.
— Es más… creo que lo vi levantando machos en Zeballos y Buenos Aires.
—El otro pobre tipo —siguió Belmondo— es un buen tipo…
¿Cuál es el problema? Que empilcha bien, que toma whisky…
¿Cuál es?—Oíme… —dijo Ricardo.
— ¿Cómo va a venir acá de chaleco?—¡Dejame de joder! De chaleco.
—Y bueno, laburará en un banco. ¿Cuánta gente de la que viene acá labura en un banco?
—No. Y esa corbatita que usa. La rosita…
—Yo lo que te digo —siguió Belmondo— es que yo no me le agacharía adelante.
—Por ahí te empoma.
—Te empoma.—Tiene su pinta el hombre —estimó el Zorro.
—Y muy coqueto, se la pasa arreglándose la corbatita…
—Es buen muchacho, che, no sean hijos de puta….
Claro, el tipo en cuestión había aparecido un día en la mesa, tal vez abandonado por algún amigo común, tal vez ingresado en la charla por medio de esas presentaciones vagas y generales, “che, un amigo”, de inclinaciones de cabezas cortas y distraídas. En verdad, vestía bien, o al menos demasiado formal para el nivel medio, y participa­ba poco de las conversaciones. Asentía, a veces metía algún bocadillo, sonreía a menudo, algo distante, mirando hacia la calle, arreglándose la corbata a cada rato (era cierto). Tomó notoriedad el día que pidió un whisky. “Blenders” dijo, con pronunciación cuidada y Moreira lo miró como si le hubiese pedido un plato asiático. “Mirá que vale casi un palo, macho” le había advertido el mozo, cosa que al tipo pareció no inmutarlo. Y entre el sembradío de pocilios de café, vasos de agua, alguna taza de té o mate y servilletitas de papel arrugadas, el generoso vaso de whisky con hielo parecía un paquebote entrando a puerto rodeado de remolcadores diminutos y oscuros.
Otra cosa había sido lo del polo. Vaya a saber cómo sa­lió la conversación sobre polo, quizás por una joda, quizás por alguna película, lo cierto es que el hombre, por pri­mera vez se metió en serio, lideró la charla, habló de los Harriott, de los Dorignac, de handicaps y de poniers con una exactitud sobria y una información sólida. Y al final, cuando ya la charla había derivado inopinadamente hacia el automovilismo, la cagó con lo de “sobre cojines” que se encendió como una luz equívoca y sospechosa en los radares de todos.
—Yo no sé… —advirtió Ricardo, rascándose la espal­da—… pero vos, Belmondo, cuidate.
—Sí —admitió Belmondo— porque que me rompan el orto a esta edad…
—O que le tengas que hacer los deberes al muchacho.
—Te digo que si viene mañana yo me corro.
—Sí. A ver si te agarra de la manito y te lleva para el ñoba.
Pasó un tiempo y el parroquiano desconocido no apor­tó por “El Cairo”. El día en que apareció estaban el Pitufo, Belmondo y el Pochi, nada más, conversando. El hombre se desprendió el impecable saco marrón oscuro del traje, dijo un “qué tal” y se sentó medio mirando para la puerta de Sarmiento y Santa Fe, girando un poco nervio­samente el cuello, como un pollo, estirando el mentón, para acomodarse el cuello de la camisa.
—El cinco era Ramacciotti —decía el Pitufo.
— Eso seguro.
—El cinco era Ramacciotti.
No me acuerdo el tres —dijo Belmondo aún con la mano izquierda cerrada, el pulgar arriba y los ojos entornados.
—Ditro. El tres era Ditro —aseguró Pochi— que des­pués fue a River.
—¡Eso! Que después fue a River.
—Bueno. Entonces tenemos… —resumió el Pitufo—… Moreno, Valentino y Ditro.
El cuatro ese que no nos acor­damos, Ramacciotti y Malazzo…
—Canceco, Pando, Carceo, González y Sciarra —recitó de un tirón el Pochi.
—Pero… ¿Cómo mierda se llamaba ese cuatro, la puta madre que lo reparió?
—¿Será posible?—Era un nombre corto. Un nombre corto como… Suárez, Blanco…
—No. Blanco era un cuatro que jugó en Racing. Buen jugador.
—Pero… —se ofuscó Belmondo—… un tipo muy juna­do… ¿Cómo carajo…?
—No me voy a acordar… No me voy a acordar… —dijo el Pitufo.
—Nos va a pasar como la otra vez con Della Savia.—¿Te acordás? Yo no pude dormir en toda la noche.
—O con el negro Marchetta.
Pasó una semana hasta que me crucé por la calle con Rafael, me agarró del brazo y me dijo, nada más, lo único que me dijo: “Marchetta”. “¡Marchetta, la puta que lo parió!” dije yo, y seguimos cada cual por su lado.
—Una noche, a la madrugada, me llamó el Pelado desde Barcelona para preguntarme quién era el ocho de aquella delantera de Ferro con el Cabezón Juárez, Acosta, Lugo y Garabal.
—Berón.
—Berón.—Pero a mí, esto, ya me cagó la semana —se reubicó el Pochi.
—¡Pero si hasta me acuerdo de la pinta que tenía —se enardeció Belmondo— uno bajito, narigón, feo…!
—¿Martín? ¿No era Martín?
—No, Martín era de Chacarita.
—Bajito, narigón, feo…
—Sí, pero no era Martín. Martín era de Chacarita y después fue al equipo de José.
—Moreno, Valentino y Ditro… —repasó el Pitufo—… tatatá, Ramaciotti y Malazzo…
—¡Concha de la lora!
El hombre, que había seguido silenciosamente la con­versación, con una actitud entre divertida y ausente, se acomodó en la mesa y dijo:
—Sainz.
—¡Sainz! —pegó con la palma de la mano el Pitufo sobre la mesa
— Sainz la puta que lo reparió.
—Sainz, mirá vos lo tenía en la punta de la lengua.Claro… te decía que era un nombre corto.
—Sí, pero a mí me salía Suárez, Murúa, Aguirre, qué sé yo…
—No, Murúa era el de Racing. Marcador de punta, también. Grandote.
—Sainz —continuó el tipo, sin ufanarse demasiado por su aporte— después fue a River. Sainz, Cap y Varacka.
—Claro, claro. Exactamente. Que arriba jugaba Domin­go Pérez, un uruguayo que era un pedo líquido.
—No —corrigió “Sobre cojines”— Domingo Pérez es anterior, es de la época de Pepillo, el nueve ese español que trajo River.
—¡Pepillo! ¿Te acordás? No me acordaba de Pepillo.
—Que la delantera llegó a formar… —recordó el hom­bre—… Domingo Pérez…—Moacyr —acotó Pochi.
—Moacyr Claudinho Pinto… —siguió el hombre—… Pepillo, Delem y Roberto. Todos extranjeros.
—Que también estaban Onega, el Nene Sarnari…—Ermindo, todavía no Daniel.—Pando, Artime…
—No… —volvió a corregir el hombre— Pando y Artime llegan un poco después. La delantera que te digo era con la cuestión del fútbol espectáculo. También jugaba un negro de cinco, el negro Salvador, un negro lentón…
—Sí. La cosa había empezado con Boca, con Armando, cuando lo trajo a Feola…
—Al gordo Felola Feola —dijo el Pitufo— a Dino Sani, a Maurinho…
—Antes a Orlando —puntualizó “Sobre cojines”— Or­lando Pecanha do Carvalho, que inauguró, un poco, la fun­ción de seis metido adentro acá en la Argentina.
—También vinieron Loayza, me acuerdo, el Pepe Sasía, a Boca…
—Y bueno… —recordó el Pochi— Sasía vino de última acá, a Central, con el Gitano, Borgogno…
—Loayza también. —Loayza también y me acuerdo…—¡Ese partido contra el Real de Madrid! —se entusias­mó el hombre.
— En cancha de Ñul.—En cancha de Ñul, un amistoso, que los goles del Real los hicieron Pirri y Gento de tiro libre, sobre la hora.
—Yo estaba detrás del arco donde hizo el gol Gento —recordó “Sobre cojines”— …y no sé si te acordás que al principio entró Puskas…
—¡Puskas!
Así siguieron casi una hora, hasta que el hombre, de pronto, consultó su reloj, se sobresaltó, se puso de pie, tomó el sobretodo que había dejado prolijamente doblado sobre la silla vecina y, antes de irse, regaló el último aporte.
—Y el diez, el diez del Lobo de La Plata, era Diego Bayo.
—Diego Bayo, claro. Diego Bayo y Gómez Sánchez, el negro Gómez Sánchez que había venido a River con Joya…
Al día siguiente, cuando llegó el Colifa, Belmondo es­taba hablando con el Zorro y también estaban el Pitufo, Pochi, Oscar, el otro Oscar, el Negro y el Chelo.
—¿No vino “Sobre cojines”? —preguntó el Colifa.
Al­guien contestó que no.
—¿Quién es “Sobre cojines”? —dijo el Chelo.
—Rodolfo. Rodolfo creo que se llama.
No, no vino.
—Buen tipo ése —dijo el Pochi.
—Buen tipo.

ROBERTO FONTANAROSA

Los Grupos de Socios

Quizás por una deformación profesional, o por ser un cultor del sentido común es que uno prefiere las cosas reglamentadas, institucionalizadas y controladas desde una norma base. En el caso del Club Atlético Temperley esta norma base, por necesidad, debe ser el Estatuto.

Como ya hemos comentado largamente en esta sección el Estatuto del Club tiene muchas “zonas grises”, algunas de las cuales generan conflictos, en forma gratuita.

Las agrupaciones, peñas, comisiones de apoyo etc. han existido, existen y seguirán existiendo siempre como grupos de socios que en forma espontánea y por distintas razones, deciden conformarse. En algunos casos “solicitan” reconocimiento a la Comisión Directiva de turno la cual, generalmente responde “saludando y alentando” a este grupo a participar etc.. En la práctica y desde el punto estrictamente legal, otra cosa no puede hacer la Comisión pues, de acuerdo al Estatuto del Club, estas Agrupaciones, no existen y no tienen ningún sustento estatutario. Por ende el “reconocimiento” de la CD es de dudosa validez y los atributos de estos grupos para tomar cualquier tipo de representatividad de la Institución, utilizar los símbolos del Club etc. difusos.

Queremos dejar algo en claro: desde esta página consideramos muy saludable la formación de este tipo de grupos de socios, cualquiera fuera el fin que persiguen, inclusive el exclusivamente político. Uno de los grandes males del Club es la desidia y la falta de participación de los socios, por ende cualquier grupo que aliente y facilite esta participación es bienvenido y siempre tendrá aquí un espacio para difundir sus actividades.

Sin embargo consideramos importante que, cuanto antes, se instrumente como modificación al Estatuto la existencia de estas Peñas y Agrupaciones. De esta manera quedará perfectamente claro quienes pueden formarlas y, fundamentalmente, que derechos y obligaciones adquieren al hacerlo.

De esta manera, y con total claridad para todos, quedará establecido que cosas pueden hacer en nombre del club, que cosas no pueden hacer en nombre del club, como las deben realizar, a quien deben rendirle cuentas etc.

A tener en cuenta este tema en la próxima modificación del Estatuto.

Optó por variantes

Temperley entrenó en el Beranger pensando en el partido del sábado.
Tras una entrada en calor los jugadores realizaron algunos movimientos tácticos con muchas variantes, salvo en la delantera que permanecieron Falczuk y Bazán Vera inamovibles, los cambios se sucedieron ocurrieron en todas las líneas.
Acaso la mayor fue ver a Virardi en lugar de Banega, pero como luego confirmaría el técnico, se piensa seguir viendo variantes.
Hasta Juan Quevedo, quien probó para ver como andaba, alternó en suplentes y titulares con muy buena labor en sendos equipos.
Esto asegura que inexorablemente se meta mano al equipo que empató con Almirante y sin embargo, aún no se puede arriesgar un posible formación, ya que seguramente mañana es probable que se sigan sucediendo los cambios en busca del ideal.

Para mañana el equipo se presenta nuevamente en el Beranger desde la mañana.